Haciendo honor a su fama de gourmet y de sibarita, el gato
doméstico presenta unos hábitos alimentarios muy particulares, algo que
es importante conocer para entender su comportamiento y para poderle
satisfacer como merece.
El gato come espontáneamente poco y muchas veces
A diferencia de los cánidos que cazan en jaurías, el gato captura y
se come sus presas solo. Caza por instinto, no por hambre y cada una de
sus presas cubre sólo una pequeña parte de sus necesidades; se
arriesgaría a morir si esperara a tener hambre para cazar. En el caso de
un gato que vive en el interior hay que sustituir la caza por el juego
para ayudar al gato a mantener un carácter equilibrado y un peso ideal.
Adaptado a consumir pequeñas presas, fracciona la toma de alimento
tanto durante el día como durante la noche y va a comer una media de
diez a veinte veces al día cuando se le deja alimento seco con libre
acceso. Cada vez consume entre cinco y seis gramos y su “comida” sólo
dura entre uno y dos minutos. En total, está menos de treinta minutos
comiendo cada veinticuatro horas. Sin embargo, este comportamiento
“medio”, esconde grandes diferencias entre las razas: el Siamés y el
Maine Coon se caracterizan por una velocidad de ingestión grande (4
g/min aproximadamente), mientras que el Persa se toma su tiempo y sólo
consume por término medio 1,7 g/min.
Cuanto más rápido come un gato (por ejemplo, el Siamés) mayor es
el riesgo de regurgitación después de la comida. Además, una rápida
velocidad de ingestión implica que el gato se traga las croquetas sin
masticarlas y la ausencia de penetración de los dientes en el interior
de las croquetas favorece la formación de placa dental y aumenta la
incidencia de gingivitis y de afecciones periodontales.
El comportamiento alimentario normal del gato sólo se puede expresar
si el entorno es suficientemente seguro. El gato tiene que poder
aislarse para exteriorizar con toda seguridad el conjunto de sus
comportamientos básicos: explorar, observar, esconderse, jugar, asearse,
comer, dormir, marcar su territorio, hacer sus necesidades, etc. A cad
del día le corresponde un “territorio” particular en el espacio y en el
tiempo.
Una superficie insuficiente o una mala distribución de su territorio pueden alterar su comportamiento alimentario.
En los lugares donde no exista un refugio o un sitio donde ponerse a
cubierto, el gato se encuentra permanentemente expuesto, lo cual le hace
muy vulnerable al estrés. El gato puede rechazar el alimento aunque
sea muy apetitoso. También puede desarrollar comportamientos de
aplacamiento, como el lamido permanente o la bulimia.
Modos de coger la croqueta
Aunque parezca algo obvio, cada gato deposita las croquetas en la boca de una manera. Existen tres formas básicas:
El modo labial (el más difundido): el primer contacto se produce con los labios.
El modo lingual superior: el gato usa la cara superior de la lengua (como si bebiera a lengüetadas).
El
modo lingual inferior (específico de razas de tipo Persa): el gato
aplica la cara inferior de la lengua a la croqueta y después la lleva
hacia atrás.
Algunos consejos para favorecer el comportamiento alimentario natural del gato
- Alejar lo más posible la zona de alimentación (los recipientes de agua y alimento)
de la zona de eliminación (la arena).
- No usar recipientes dobles de “agua + croquetas”, ya que facilitan la contaminación
del agua por el alimento y pueden ser la causa de un abrevado insuficiente.
Los recipientes de agua y alimento deben estar separados al menos 50 cm.
- Se prefieren los recipientes de loza o de acero inoxidable a los recipientes de
plástico.
- Si el gato no sufre de sobrepeso, dejar el alimento con acceso
libre (vigilando la cantidad total consumida cada día). Si el gato
necesita perder peso, hay que racionar la comida.
COMPORTAMIENTO DEL GATO CON UN ALIMENTO NUEVO
En general, un alimento nuevo atrae espontáneamente a los gatos,
parece que esta tendencia natural (neofilia) ayudaría a los carnívoros a
diversificar su alimentación para obtener el equilibrio nutricional. La
neofilia es más acentuada si el alimento nuevo es muy apetitoso o si se
presenta en pequeña cantidad con respecto al alimento habitual. El
cambio de alimento puede venir acompañado de un consumo excesivo
pasajero; por lo tanto, hay que vigilar el peso del gato después de la
transición.
La atracción por un alimento nuevo depende también de la alimentación anterior.
Si
se ha suministrado el mismo alimento durante mucho tiempo, el gato
manifiesta con más facilidad una preferencia duradera por el alimento
nuevo. Este “efecto de novedad” viene acompañado siempre de un consumo
excesivo temporal que puede durar varios meses.
Puede ocurrir que un gato rechace un alimento que se le da por
primera vez, simplemente por rechazo de la novedad. Es la neofobia, que
representa el apego a las costumbres alimentarias. Se observa sobre todo
cuando el animal está estresado debido a condiciones ambientales
distintas de las habituales.
Los gatitos aceptan mejor un alimento nuevo si se les alimenta en
presencia de su madre. Si están aislados, pueden rechazar el alimento
nuevo durante varios días, mientras que en presencia de la madre lo
aceptan en unas cuantas horas. Para vencer la neofobia hay que presentar
el alimento nuevo mezclando una cantidad creciente del alimento nuevo
con el antiguo durante varios días. Para que el olfato del gato perciba
fácilmente los aromas, hay que tener en cuenta que son de naturaleza
volátil y por lo tanto corren el riesgo de desaparecer progresivamente
en el aire ambiente. Para limitar el riesgo de pérdida de la
apetitosidad una vez que se ha abierto el envase, es importante elegir
un tamaño de saco adecuado para el consumo cotidiano.
Cuando un alimento ha estado asociado con una experiencia
desagradable (enfermedad, hospitalización, estar internado, etc.), el
gato también puede desarrollar un sentimiento de aversión y ser capaz
entonces, de rechazar este alimento durante mucho tiempo.
Un gato que no come durante tres días seguidos debe llevarse al veterinario.
DETERMINACIÓN DE LAS PREFERENCIAS ALIMENTARIAS
Los gatitos son condicionados desde muy temprano a sabores particulares. Los
fetos son sensibles a los aromas del líquido amniótico y después a la composición
de la leche materna, la cual depende, a su vez, de la alimentación de la gata.
La agudeza olfativa del gato está mucho más desarrollada que la del hombre y es el olfato el que
sirve
como primer sentido discriminante para seleccionar un alimento. Por
ejemplo, el gato percibe muy rápidamente el comienzo de la oxidación de
las grasas. Puede rechazar la comida antes de que el hombre sea capaz de
descubrir el más mínimo olor a rancio. No obstante, el olfato disminuye
con la edad.
La apetitosidad es una condición sine qua non para que
el gato ingiera bien el alimento que se le ofrece. El alimento
teóricamente más equilibrado no vale nada si el gato le hace ascos. Esto
es aún más cierto cuando su salud exige un régimen particular cuya
formulación en teoría no favorece que sea apetitoso: restricción de
fósforo, materias grasas, proteínas, etc. En este tipo de situaciones
los aromas tienen una gran importancia. Los utilizados en los alimentos
para gatos se obtienen mayoritariamente por hidrólisis enzimática de las
proteínas, reacción de Maillard, etc.
Todos los productos alimentarios tienen tendencia a alterarse con el tiempo.
Para
garantizar una buena apetitosidad durante todo el periodo de
conservación de un producto, hay que vigilar de cerca la conservación de
las materias grasas del alimento, particularmente las que se ponen en
el recubrimiento de la croqueta, ya que, en contacto con el oxígeno del
aire, las moléculas lipídicas generan la producción de moléculas
inestables, los radicales libres, que son la causa de los fenómenos de
oxidación y, por lo tanto, del enranciamiento de las grasas. La
conservación a la luz y con calor acelera el proceso.
La alimentación en el destete es determinante para fijar las
preferencias alimentarias. En general, el gatito prefiere el alimento
con el que se ha destetado en presencia de su madre hasta los cuatro ó
cinco meses de edad.
¿CUÁLES SON LOS SABORES QUE PERCIBE EL GATO?
El gato presenta distintos comportamientos frente a los distintos sabores:
El sabor ácido le atrae mucho. Los receptores del sabor ácido están presentes por toda la superficie de la lengua.
Detecta
bien el sabor salado. Su percepción se basa en el mismo principio que
para el sabor ácido (transferencia directa de iones).
El gato
detecta el amargo a un umbral más bajo que el perro, lo cual le permite
evitar las sustancias tóxicas de sabor amargo (por ejemplo, la
estricnina).
El gato percibe el sabor umami, específico de los
carnívoros, que corresponde al sabor de un aminoácido no esencial, el
glutamato.
El gato no tiene receptores gustativos para el sabor
dulce. Así pues, a diferencia del perro, al gato no le atraen los
alimentos dulces. Incluso tiene una actitud de rechazo frente a
edulcorantes sintéticos como la sacarina que percibe como de sabor
amargo.
viernes, 9 de noviembre de 2012
jueves, 27 de septiembre de 2012
Indicadores de envejecimiento
Los gatos, como sabios irracionales, llevan mucho mejor sus cambios físicos debidos al inexorable paso del tiempo.
Ellos no recurren a variopintos tintes para cubrir sus venerables canas, no acuden al veterinario para un blanqueamiento dental, no se preocupan por aumentar sus horas de sueño… nadie se lo reprochará.
PRIMERAS CANAS
A los propietarios les sigue resultando curioso ver que la cara de su gato se blanquea. Debemos pensar que ellos también tienen melanocitos, y que dentro de ellos está la deseada melanina que broncea nuestros cuerpos ante los rayos del sol.
Cuando aumentan los años, aumenta la posibilidad de que este claro síntoma de la vejez aparezca, y tampoco es raro que tras un tiempo de acostumbrarnos a una imagen más “blanquecina” del pelaje de nuestro minino, su coloración se recupere, en su totalidad o en gran parte.
DENTADURA
Pues sí, a ellos también se les caen piezas dentales; si bien es cierto que si mantenemos una adecuada prevención oral (alimento seco, visitas al veterinario...) los dientes se mantendrán en su posición toda la vida, también es seguro que algunos ejemplares presentarán más problemas en su dentadura y en la conservación de sus piezas dentales.
EL SUEÑO
En este apartado nos podemos encontrar con dos posibilidades meridianamente opuestas: aquellos gatos que aumentan considerablemente sus horas de sueño o de inactividad y, por otro lado, animales de la misma edad que parece que han sido recargados con pilas alcalinas.
Es cierto que lo más normal, lógico, es la disminución de la actividad física y el aumento de las horas de sueño, pero, en el caso de los que aumentan su actividad, incluso, y preferentemente, por la noche, deberíamos plantearnos que puede existir algún problema de disfunción “mental”.
SALIDAS AL EXTERIOR
En los gatos con posibilidades de salir fuera de casa, la edad consigue aquello que muchos propietarios habían deseado durante toda la vida del animal: que se quede en casa.
Los recursos físicos: músculo-esqueléticos, termorreguladores… se ven alterados, por ello el animal adapta su realidad a su estilo de vida: ¿salir al jardín con la que está cayendo? ¡¡con lo bien que estoy al lado del radiador!!
Su interés por explorar el mundo exterior disminuye, su necesidad de dar rienda suelta a sus instintos predatorios se ve sustituido por el mayor interés por estar calentito y con su comida cerca.
Ellos no recurren a variopintos tintes para cubrir sus venerables canas, no acuden al veterinario para un blanqueamiento dental, no se preocupan por aumentar sus horas de sueño… nadie se lo reprochará.
PRIMERAS CANAS
A los propietarios les sigue resultando curioso ver que la cara de su gato se blanquea. Debemos pensar que ellos también tienen melanocitos, y que dentro de ellos está la deseada melanina que broncea nuestros cuerpos ante los rayos del sol.
Cuando aumentan los años, aumenta la posibilidad de que este claro síntoma de la vejez aparezca, y tampoco es raro que tras un tiempo de acostumbrarnos a una imagen más “blanquecina” del pelaje de nuestro minino, su coloración se recupere, en su totalidad o en gran parte.
DENTADURA
Pues sí, a ellos también se les caen piezas dentales; si bien es cierto que si mantenemos una adecuada prevención oral (alimento seco, visitas al veterinario...) los dientes se mantendrán en su posición toda la vida, también es seguro que algunos ejemplares presentarán más problemas en su dentadura y en la conservación de sus piezas dentales.
EL SUEÑO
En este apartado nos podemos encontrar con dos posibilidades meridianamente opuestas: aquellos gatos que aumentan considerablemente sus horas de sueño o de inactividad y, por otro lado, animales de la misma edad que parece que han sido recargados con pilas alcalinas.
Es cierto que lo más normal, lógico, es la disminución de la actividad física y el aumento de las horas de sueño, pero, en el caso de los que aumentan su actividad, incluso, y preferentemente, por la noche, deberíamos plantearnos que puede existir algún problema de disfunción “mental”.
SALIDAS AL EXTERIOR
En los gatos con posibilidades de salir fuera de casa, la edad consigue aquello que muchos propietarios habían deseado durante toda la vida del animal: que se quede en casa.
Los recursos físicos: músculo-esqueléticos, termorreguladores… se ven alterados, por ello el animal adapta su realidad a su estilo de vida: ¿salir al jardín con la que está cayendo? ¡¡con lo bien que estoy al lado del radiador!!
Su interés por explorar el mundo exterior disminuye, su necesidad de dar rienda suelta a sus instintos predatorios se ve sustituido por el mayor interés por estar calentito y con su comida cerca.
lunes, 27 de agosto de 2012
Los mayores en casa
Cuando nuestro gato entra en la tercera edad, algunas cosas debemos cambiar en casa para facilitarle la adaptación a esos cambios inevitables que el ritmo de la vida le marca. Estar alerta para notar esos cambios nos permitirá seguir disfrutando de un gato feliz.
A todos nos es difícil aceptar que nos cueste cada vez más algo tan sencillo y rutinario como es el agacharnos a recoger algo del suelo; cuantos más días, meses y años pasan, más nos cruje la espalda y peor nos responden los músculos encargados de flexionar y recuperar la extensión de nuestro castigado organismo.
Pues, aunque nos cueste creerlo, a ellos, a nuestros gatos, les pasa un poco lo mismo.
Cierta tristeza nos inunda cuando “Simba” no corre durante largos minutos tras el puntero láser que proyectamos sobre la alfombra del salón; cierta preocupación nos invade cuando a “Félix” no le vemos saltar sobre “su sofá favorito”. Es… ¡¡la edad!!
Es lógico pensar que ciertas rutinas del gato se irán adaptando a sus variantes capacidades. Cuando un gato cumple los 17 años no tendrá el mismo interés en deambular por el jardín que cuando tenía tres, ¡¡aunque existan honrosas excepciones!!
Lo primero que notaremos es que el animal está funcionando a menos revoluciones, como si todo se hiciera un poco más lento. Ese puede ser uno de los primeros indicativos de que nuestro buen amigo se está haciendo mayor.
A partir de ese momento debemos tener muy presente que las revisiones veterinarias serán algo rutinario, necesario y fundamental para prevenir o tratar las cosillas que vayan apareciendo.
Lo que jamás debemos hacer es “asumir” que el animal es mayor. La edad no es una enfermedad, es una evolución del ser vivo, un tránsito hacia un nuevo estado vital. En demasiados casos la asunción por parte del propietario de la vejez de su animal se transforma en un cierto “desinterés”: ¡¡si es viejo, que le vamos a hacer!! ¡¡Pues no!!, podemos hacer, y mucho.
Además de las comentadas revisiones y chequeos anuales, debemos adaptar su alimentación.
Con el paso de los años muchos gatos presentan problemas en la cavidad oral (perdida de piezas, ulceraciones, tumoraciones, etc.). Un alimento correcto conseguirá que el animal coma con menos esfuerzo, salga durante más tiempo al jardín, suba un poco mejor a su sillón favorito y corra, quizá como un gamo, detrás de la luz de nuestro puntero láser… ¿por qué? porque le estaremos asegurando el aporte imprescindible de nutrientes para que su organismo siga al máximo rendimiento.
Muchos gatos mayores tienen verdaderas dificultades locomotoras. Algunos caminan de forma distinta, en otros se nota una pérdida de agilidad para saltar como solían hacerlo. En estos casos, aparte de la lógica visita al veterinario para diagnosticar el problema concreto, intentaremos adaptar el mobiliario: cajas de lecho absorbente de fácil acceso, mantas o cojines planos en lugar de complejas cunas y sillones o, por qué no, una rampa de subida al sofá, o plataformas a alturas intermedias para evitarle dar grandes saltos.
Todo es tan sencillo como mirar a nuestro buen amigo, dedicar un tiempo a disfrutar observando esa nueva forma de comportarse y estar siempre atentos a sus pequeños o grandes cambios.
Debemos insistir: la edad, no es una enfermedad. Desde que nuestro gato comience a cambiar sus formas de actuar, variar sus capacidades, hasta el triste momento de la despedida, nos quedan muchos, muchos años para compartir. Durante ese tiempo tendremos que adaptarnos, tendremos que ofrecerle lo mejor, lo más adecuado, pero sin añorar sus capacidades perdidas.
Los gatos mayores, senior, geriátricos… “vejetes”, son también una inagotable fuente de sorpresas. Ayudémosles a que sigan dándolas.
A todos nos es difícil aceptar que nos cueste cada vez más algo tan sencillo y rutinario como es el agacharnos a recoger algo del suelo; cuantos más días, meses y años pasan, más nos cruje la espalda y peor nos responden los músculos encargados de flexionar y recuperar la extensión de nuestro castigado organismo.
Pues, aunque nos cueste creerlo, a ellos, a nuestros gatos, les pasa un poco lo mismo.
Cierta tristeza nos inunda cuando “Simba” no corre durante largos minutos tras el puntero láser que proyectamos sobre la alfombra del salón; cierta preocupación nos invade cuando a “Félix” no le vemos saltar sobre “su sofá favorito”. Es… ¡¡la edad!!
Es lógico pensar que ciertas rutinas del gato se irán adaptando a sus variantes capacidades. Cuando un gato cumple los 17 años no tendrá el mismo interés en deambular por el jardín que cuando tenía tres, ¡¡aunque existan honrosas excepciones!!
Lo primero que notaremos es que el animal está funcionando a menos revoluciones, como si todo se hiciera un poco más lento. Ese puede ser uno de los primeros indicativos de que nuestro buen amigo se está haciendo mayor.
A partir de ese momento debemos tener muy presente que las revisiones veterinarias serán algo rutinario, necesario y fundamental para prevenir o tratar las cosillas que vayan apareciendo.
Lo que jamás debemos hacer es “asumir” que el animal es mayor. La edad no es una enfermedad, es una evolución del ser vivo, un tránsito hacia un nuevo estado vital. En demasiados casos la asunción por parte del propietario de la vejez de su animal se transforma en un cierto “desinterés”: ¡¡si es viejo, que le vamos a hacer!! ¡¡Pues no!!, podemos hacer, y mucho.
Además de las comentadas revisiones y chequeos anuales, debemos adaptar su alimentación.
Con el paso de los años muchos gatos presentan problemas en la cavidad oral (perdida de piezas, ulceraciones, tumoraciones, etc.). Un alimento correcto conseguirá que el animal coma con menos esfuerzo, salga durante más tiempo al jardín, suba un poco mejor a su sillón favorito y corra, quizá como un gamo, detrás de la luz de nuestro puntero láser… ¿por qué? porque le estaremos asegurando el aporte imprescindible de nutrientes para que su organismo siga al máximo rendimiento.
Muchos gatos mayores tienen verdaderas dificultades locomotoras. Algunos caminan de forma distinta, en otros se nota una pérdida de agilidad para saltar como solían hacerlo. En estos casos, aparte de la lógica visita al veterinario para diagnosticar el problema concreto, intentaremos adaptar el mobiliario: cajas de lecho absorbente de fácil acceso, mantas o cojines planos en lugar de complejas cunas y sillones o, por qué no, una rampa de subida al sofá, o plataformas a alturas intermedias para evitarle dar grandes saltos.
Todo es tan sencillo como mirar a nuestro buen amigo, dedicar un tiempo a disfrutar observando esa nueva forma de comportarse y estar siempre atentos a sus pequeños o grandes cambios.
Debemos insistir: la edad, no es una enfermedad. Desde que nuestro gato comience a cambiar sus formas de actuar, variar sus capacidades, hasta el triste momento de la despedida, nos quedan muchos, muchos años para compartir. Durante ese tiempo tendremos que adaptarnos, tendremos que ofrecerle lo mejor, lo más adecuado, pero sin añorar sus capacidades perdidas.
Los gatos mayores, senior, geriátricos… “vejetes”, son también una inagotable fuente de sorpresas. Ayudémosles a que sigan dándolas.
lunes, 13 de agosto de 2012
Un segundo gato en casa
La entrada de un nuevo gato en el hogar puede ser el origen de ciertos conflictos en la convivencia, conflictos que con el paso del tiempo se transformarán en una satisfactoria relación.
No son pocas las familias que deciden que su gato, que su único gato, deje de ser el centro de atención fundamental para pasar a compartir los cuidados de sus amigos humanos con un nuevo compañero.
La vida de un gato experimenta cambios muy positivos con la llegada de otro felino: interacción, juego, comportamiento, salud, etcétera. Pero todos estos beneficios no llegan de forma inmediata, en la mayoría de las ocasiones, los primeros contactos no suelen ser “muy amistosos”: suelen darse más de un bufido, alguna que otra carrera…, y si la proximidad lo permite algún que otro manotazo (generalmente, y por fortuna, sin la presencia de uñas).
¿QUÉ HACER?
Esta es la pregunta estrella de aquellos que están decididos a meter un nuevo felino en casa, pero que tienen dudas acerca de cómo se desarrollará la toma de contacto.
Si nos es posible, deberíamos hacer una presentación a distancia del nuevo habitante al gato residente. Nos explicamos: sería ideal frotar con un paño al nuevo amigo; esa “especial tarjeta de visita” debería dejarse en el territorio del gato que ya convive con nosotros. De esta forma, el inquilino habitual va reconociendo el olor de su futuro compañero, pero sin el estrés añadido de encontrarse también con el cuerpo del nuevo animal acompañando a esa desconocida fragancia.
Tras conseguir que nuestro gato olfatee el paño, podemos frotarlo en su cuerpo; de esta forma conseguimos que el olor del nuevo gato “inunde” no sólo su espacio vital, sino que el olor comparta el propio de nuestro más fiel amigo.
Tras este sencillo método, nuestro gato, el de toda la vida, estará “más receptivo”.
LA LLEGADA
Llegó el momento. Es el día de ir por nuestro nuevo amigo; hemos inundado el entorno y la propia piel de nuestro primer gato con los olores del nuevo compañero, pero, ¿podemos hacer algo más? Por supuesto. En las clínicas veterinarias y en las tiendas especializadas podemos encontrar feromonas “tranquilizadoras”. Estos componentes permiten que en el entorno de nuestro hogar los felinos “respiren” un ambiente de paz y tranquilidad.
El uso de estas feromonas (en aerosol o en dosificador continuo en los enchufes) proporciona una ayuda adicional al buen entendimiento de los nuevos amigos.
Lo mejor es aislar al nuevo felino en una habitación unos días y hacer que ambos se vayan familiarizando con el nuevo olor a través de la puerta. Posteriormente abriremos esa puerta para que se vayan viendo poco a poco y el encuentro no sea brusco.
Ante todo, nosotros no debemos forzar el acercamiento de los animales, sino que estaremos en su presentación como meros observadores, sin sujetarles para que se huelan o prácticas similares.
Nos daremos cuenta de que, en el peor de los casos, lo más que sucederá es que el silencio del hogar se rompa con unos intensos bufidos.
¿Y DESPUÉS?
A partir de este momento ellos serán los que marquen sus pautas de convivencia, los que definan sus territorios, sus muebles favoritos…
Nosotros, con el fin de evitar conflictos en su relación y en la de ellos hacia nosotros, les facilitaremos dos comederos, dos recipientes con agua y, muy importante, ¡un par de bandejas de arena!
En los primeros días de relación es conveniente este despliegue de medios para evitar problemas de territorialidad, dominancia, agresividad, ya que con una duplicación de los enseres felinos, al menos en los primeros días y hasta que se afiance la relación, evitaremos males mayores.
Estamos seguros de que tras unos momentos de duda y unos días de conocimiento, nuestros gatos disfrutarán de una maravillosa vida de convivencia.
No son pocas las familias que deciden que su gato, que su único gato, deje de ser el centro de atención fundamental para pasar a compartir los cuidados de sus amigos humanos con un nuevo compañero.
La vida de un gato experimenta cambios muy positivos con la llegada de otro felino: interacción, juego, comportamiento, salud, etcétera. Pero todos estos beneficios no llegan de forma inmediata, en la mayoría de las ocasiones, los primeros contactos no suelen ser “muy amistosos”: suelen darse más de un bufido, alguna que otra carrera…, y si la proximidad lo permite algún que otro manotazo (generalmente, y por fortuna, sin la presencia de uñas).
¿QUÉ HACER?
Esta es la pregunta estrella de aquellos que están decididos a meter un nuevo felino en casa, pero que tienen dudas acerca de cómo se desarrollará la toma de contacto.
Si nos es posible, deberíamos hacer una presentación a distancia del nuevo habitante al gato residente. Nos explicamos: sería ideal frotar con un paño al nuevo amigo; esa “especial tarjeta de visita” debería dejarse en el territorio del gato que ya convive con nosotros. De esta forma, el inquilino habitual va reconociendo el olor de su futuro compañero, pero sin el estrés añadido de encontrarse también con el cuerpo del nuevo animal acompañando a esa desconocida fragancia.
Tras conseguir que nuestro gato olfatee el paño, podemos frotarlo en su cuerpo; de esta forma conseguimos que el olor del nuevo gato “inunde” no sólo su espacio vital, sino que el olor comparta el propio de nuestro más fiel amigo.
Tras este sencillo método, nuestro gato, el de toda la vida, estará “más receptivo”.
LA LLEGADA
Llegó el momento. Es el día de ir por nuestro nuevo amigo; hemos inundado el entorno y la propia piel de nuestro primer gato con los olores del nuevo compañero, pero, ¿podemos hacer algo más? Por supuesto. En las clínicas veterinarias y en las tiendas especializadas podemos encontrar feromonas “tranquilizadoras”. Estos componentes permiten que en el entorno de nuestro hogar los felinos “respiren” un ambiente de paz y tranquilidad.
El uso de estas feromonas (en aerosol o en dosificador continuo en los enchufes) proporciona una ayuda adicional al buen entendimiento de los nuevos amigos.
Lo mejor es aislar al nuevo felino en una habitación unos días y hacer que ambos se vayan familiarizando con el nuevo olor a través de la puerta. Posteriormente abriremos esa puerta para que se vayan viendo poco a poco y el encuentro no sea brusco.
Ante todo, nosotros no debemos forzar el acercamiento de los animales, sino que estaremos en su presentación como meros observadores, sin sujetarles para que se huelan o prácticas similares.
Nos daremos cuenta de que, en el peor de los casos, lo más que sucederá es que el silencio del hogar se rompa con unos intensos bufidos.
¿Y DESPUÉS?
A partir de este momento ellos serán los que marquen sus pautas de convivencia, los que definan sus territorios, sus muebles favoritos…
Nosotros, con el fin de evitar conflictos en su relación y en la de ellos hacia nosotros, les facilitaremos dos comederos, dos recipientes con agua y, muy importante, ¡un par de bandejas de arena!
En los primeros días de relación es conveniente este despliegue de medios para evitar problemas de territorialidad, dominancia, agresividad, ya que con una duplicación de los enseres felinos, al menos en los primeros días y hasta que se afiance la relación, evitaremos males mayores.
Estamos seguros de que tras unos momentos de duda y unos días de conocimiento, nuestros gatos disfrutarán de una maravillosa vida de convivencia.
domingo, 15 de julio de 2012
¿Se hace más "cascarrabias" con la edad"?
Muchas veces pensamos que nuestro amigo se está convirtiendo
en un insufrible cascarrabias a medida que pasan los años aunque, ¿no
será que el paso del tiempo provoca cambios que justifican ese
comportamiento?
En los gatos denominados geriátricos, las causas más frecuentes de visita a las clínicas veterinarias relacionadas con alteraciones del comportamiento son la eliminación inadecuada de excrementos (orina y/o heces), la agresión, la destrucción, la actividad excesiva, la vocalización, los miedos y las alteraciones en las conductas de ingestión.
Todos o la mayoría de estos cambios pueden ser debidos, entre otras causas, a una disfunción cognoscitiva, es decir, a un deterioro de la función mental del animal, un deterioro que provoca dificultad para reconocer lugares, sitios o personas conocidas. “Dificultades”, en general, que ponen en tensión la relación del gato con el propietario.
La disfunción cognoscitiva puede aminorar su impacto con tratamiento, que solamente será paliativo y será necesario complementarse con cambios de manejo, variaciones en el entorno, etc. El propietario debería tener muy presente que, para paliar este indeseable efecto de la avanzada edad de su gato, la estimulación mental continua (diaria), el ejercicio y una adecuada alimentación, son las mejores armas para controlar el problema.
Sin embargo, no sólo los deterioros “mentales” conducen al gato a comportarse como un cascarrabias. Los problemas físicos y neurológicos son, en muchos casos, la causa que predispone a una actitud agresiva del animal.
En todos los gatos senior que presenten una conducta agresiva sería fundamental descartar la presencia de un dolor subyacente: los problemas músculo-esqueléticos o las patologías dentales, por ejemplo, pueden ser los detonantes de una agresión.
También la pérdida de capacidad sensorial (visual, auditiva, etc.) de los gatos geriátricos puede desencadenar agresiones: un gato joven que tenga miedo a las personas es capaz de evitarlas cuando aprecia su cercanía. Sin embargo un gato mayor que tenga una deficiencia sensorial y no llegue a apreciar la presencia de la persona puede reaccionar bruscamente (huída o ataque) cuando sea consciente de esta presencia.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
En los gatos denominados geriátricos, las causas más frecuentes de visita a las clínicas veterinarias relacionadas con alteraciones del comportamiento son la eliminación inadecuada de excrementos (orina y/o heces), la agresión, la destrucción, la actividad excesiva, la vocalización, los miedos y las alteraciones en las conductas de ingestión.
Todos o la mayoría de estos cambios pueden ser debidos, entre otras causas, a una disfunción cognoscitiva, es decir, a un deterioro de la función mental del animal, un deterioro que provoca dificultad para reconocer lugares, sitios o personas conocidas. “Dificultades”, en general, que ponen en tensión la relación del gato con el propietario.
La disfunción cognoscitiva puede aminorar su impacto con tratamiento, que solamente será paliativo y será necesario complementarse con cambios de manejo, variaciones en el entorno, etc. El propietario debería tener muy presente que, para paliar este indeseable efecto de la avanzada edad de su gato, la estimulación mental continua (diaria), el ejercicio y una adecuada alimentación, son las mejores armas para controlar el problema.
Sin embargo, no sólo los deterioros “mentales” conducen al gato a comportarse como un cascarrabias. Los problemas físicos y neurológicos son, en muchos casos, la causa que predispone a una actitud agresiva del animal.
En todos los gatos senior que presenten una conducta agresiva sería fundamental descartar la presencia de un dolor subyacente: los problemas músculo-esqueléticos o las patologías dentales, por ejemplo, pueden ser los detonantes de una agresión.
También la pérdida de capacidad sensorial (visual, auditiva, etc.) de los gatos geriátricos puede desencadenar agresiones: un gato joven que tenga miedo a las personas es capaz de evitarlas cuando aprecia su cercanía. Sin embargo un gato mayor que tenga una deficiencia sensorial y no llegue a apreciar la presencia de la persona puede reaccionar bruscamente (huída o ataque) cuando sea consciente de esta presencia.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
sábado, 7 de julio de 2012
Cinco reglas de oro para la educacion del gatito
Educar bien a nuestro gatito es algo fundamental para
asegurarnos una convivencia feliz. Son muchas las pautas que debemos
tener en cuenta a la hora de llevar esto a la práctica. Os apuntamos
algunas de las más importantes.
1. Período de socialización
Es el espacio de tiempo en el que el gatito está receptivo al aprendizaje. Comprende de la segunda a la séptima semana de vida. Todo lo que aprenda durante este período marcará las bases de su comportamiento futuro (que se relacione con perros, con niños, que aprenda los horarios, que se acostumbre al cepillado diario, que se le bañe: hay que hacerle natural todo aquello que le tocará vivir durante el resto de su vida)
2. Métodos suaves, respetando la psicología de los gatos
La forma de enseñar a un gato difiere considerablemente con la que seguiríamos con un perro. Es contraproducente retenerle contra su voluntad, golpearle (ni siquiera con un periódico) o abordarle de manera brusca. En seguida aprenden el significado de un “no” seco o un “chssss” prolongado.
3. Utilizar castigos indirectos
El disparo de agua a distancia (con una pistola) es uno de los métodos más eficaces para disuadir a un gato de una mala conducta. Él no relacionará esa lluvia repentina con ninguna persona y, por tanto, no lo hará cuando esté solo, ya que pensará que en cualquier momento le pueden volver a caer las indeseables gotas de agua.
4. Ser firme en las decisiones
A la hora de fijar conductas debemos ser implacables en las órdenes: si estamos enseñándole a no subirse a la encimera de la cocina, nunca, nunca, flaquearemos en esta decisión. Con una sola vez que se lo permitamos echaremos por tierra todo el camino andado.
5. No jugar con las manos
El gatito debe aprender que las manos le acarician o le dan de comer, pero no son un “elemento cazable”. En los gatos el juego y la caza están íntimamente ligados, y si le acostumbramos a jugar con nuestras manos, él no entenderá por qué a veces sí y a veces no se puede jugar con ellas, por lo que es una pauta a evitar.
Y por último, tengamos presente que no siempre es fácil educar a un gato. Aproximadamente el 15% de los gatos son resistentes a la socialización con las personas (sobre todo aquellos que proceden de la calle y que su período de socialización se ha realizado en ausencia de humanos).
1. Período de socialización
Es el espacio de tiempo en el que el gatito está receptivo al aprendizaje. Comprende de la segunda a la séptima semana de vida. Todo lo que aprenda durante este período marcará las bases de su comportamiento futuro (que se relacione con perros, con niños, que aprenda los horarios, que se acostumbre al cepillado diario, que se le bañe: hay que hacerle natural todo aquello que le tocará vivir durante el resto de su vida)
2. Métodos suaves, respetando la psicología de los gatos
La forma de enseñar a un gato difiere considerablemente con la que seguiríamos con un perro. Es contraproducente retenerle contra su voluntad, golpearle (ni siquiera con un periódico) o abordarle de manera brusca. En seguida aprenden el significado de un “no” seco o un “chssss” prolongado.
3. Utilizar castigos indirectos
El disparo de agua a distancia (con una pistola) es uno de los métodos más eficaces para disuadir a un gato de una mala conducta. Él no relacionará esa lluvia repentina con ninguna persona y, por tanto, no lo hará cuando esté solo, ya que pensará que en cualquier momento le pueden volver a caer las indeseables gotas de agua.
4. Ser firme en las decisiones
A la hora de fijar conductas debemos ser implacables en las órdenes: si estamos enseñándole a no subirse a la encimera de la cocina, nunca, nunca, flaquearemos en esta decisión. Con una sola vez que se lo permitamos echaremos por tierra todo el camino andado.
5. No jugar con las manos
El gatito debe aprender que las manos le acarician o le dan de comer, pero no son un “elemento cazable”. En los gatos el juego y la caza están íntimamente ligados, y si le acostumbramos a jugar con nuestras manos, él no entenderá por qué a veces sí y a veces no se puede jugar con ellas, por lo que es una pauta a evitar.
Y por último, tengamos presente que no siempre es fácil educar a un gato. Aproximadamente el 15% de los gatos son resistentes a la socialización con las personas (sobre todo aquellos que proceden de la calle y que su período de socialización se ha realizado en ausencia de humanos).
sábado, 9 de junio de 2012
El juego
Los
gatos de corta edad utilizan el juego como una forma de aprendizaje de
las técnicas de caza que pudieran llegar a necesitar a lo largo de su
vida, pero también es para ellos una forma fundamental de adquirir un
desarrollo completo de todas sus estructuras.
Debido al juego los cachorros llegan a establecer los ajustes oportunos entre ciertas sensaciones que llegan del mundo exterior y su organismo; es decir, el juego mantiene en perfecto estado de alerta a los cinco receptores fundamentales del animal -vista, oído, olfato, gusto y tacto- y permite una extraordinaria coordinación de todos los mecanismos.
JUEGO DURANTE TODA LA VIDA
Cuando el ser humano incorpora a ciertos animales a su entorno, normalmente intenta que éstos mantengan una continua “niñez”; por ello, el hombre quiere que su gato sea siempre un cachorro, que lo necesite, que demande, acepte y busque sus manifestaciones de cariño. Dicho intento por mantener el comportamiento de la etapa juvenil de las mascotas se consigue tanto por la convivencia en los entornos humanos como por la total dependencia del hombre. Por ello, un gato en cualquier etapa de su vida puede seguir manifestando comportamientos infantiles, entre los que está el juego.
Hoy día todos los especialistas asocian el juego con el bienestar del animal, incluidos los cachorros, dado que juegan cuando están tranquilos, cuando ninguna otra necesidad (alimenticia, territorial, etc.) les preocupa ni requiere de su plena atención.
Como bien saben los propietarios de gatos, su juego preferido es perseguir objetos en movimiento; si éstos no existen o no se les ofrecen, ellos se los buscan..., ¡o se los inventan! Tan importante es esta actividad lúdica de persecución, acecho y caza, que cuando un cachorro no dispone de estímulos de juego pueden aparecer problemas. A este respecto, no son pocos los propietarios de gatos que llegan a las consultas veterinarias quejándose de los arañazos y mordiscos que su “Félix” les propina de forma sorpresiva cuando caminan por el pasillo de su casa. Sin embargo, lo que no tienen tan claro estos propietarios es que dicha conducta inadecuada del animal se solucionaría fácilmente aportando más momentos de entretenimiento a su felino amigo.
BENEFICIOS DEL JUEGO
- Ejercicio: El ejercicio es vital para mantener un estado sanitario correcto, entre otras razones porque va unido al ejercicio; por ello podemos concluir que el juego aporta salud
- “Ansiolítico”: Los felinos caseros padecen de estrés y ansiedad..., cuyos efectos indeseables él combate de varias formas. Una de ellas es el atusado propio, que aporta calma y relajación; otra es el juego, que le permite no verse afectado por la depresión y la letargia de una vida en un entorno cerrado.
- Estimulación: Un gato necesita estímulos, así que si no los tiene, deberá buscarlos “atacando” a los pies de su propietario, mirando a través de los cristales a esos apetecibles pájaros o de cualquier otra forma. El fin es bien claro, el juego aporta estímulos y nuevos escenarios en su rutina diaria.
¿QUÉ JUEGOS?
Debemos tener muy presente que la intervención del propietario facilita el desencadenamiento del interés por el juego del animal. Por ello, en nuestra mano está aportar opciones adecuadas tanto en el caso del animal que vive en casa como en los que disfrutan de acceso al exterior.
- Dentro de casa: Para los animales caseros debemos buscar aquellos juguetes especialmente pensados para los gatos, disponibles en las clínicas veterinarias y en las tiendas especializadas. Entre ellos existen infinidad de juguetes que podríamos denominar de persecución: atados a cordeles, con y sin pilas, con forma o no de animales...
- Los juguetes interactivos, es decir, aquellos que empleamos para jugar con nuestros gatos (plumeros, cañas, etc.) son muy recomendables, dado que obligan al propietario a participar en este juego, lo que convierte este acto en un momento especial para el gato, que disfruta a la vez de la presencia del dueño con tan divertido y necesario momento lúdico.
Aunque los árboles rascadores no son en sí juguetes, las distintas alturas y texturas de las plataformas los convierten en los favoritos de los gatos, ya que desde esa posición privilegiada observan su territorio, valoran los movimientos de todos los integrantes de la familia, se sienten superiores y protegidos y, a la vez, encuentran en este elemento de su particular decoración la mejor textura para el afilado de sus uñas.
Para que el gato disfrute al máximo de este elemento es mejor colocarlo cerca de una ventana, cerrada, por supuesto, para que el animal tenga más cosas que observar.
- Fuera de casa: El gato que tiene acceso al exterior es un auténtico privilegiado dentro de la colonia felina, ya que en una terraza o jardín se enfrenta al más divertido de los juegos, la caza; algún insecto, pájaro, ratón o cualquier otro elemento volador (pelusas, hojas, etc.) pueden ser el destino final de sus concentradas energías. Eso sí, debemos tener cuidado con todos los peligros que puedan entrañar estas salidas.
Una cosa primordial a la hora de jugar con nuestro gato es que no debemos olvidar que nuestras manos no entren en contacto directo con él. El gatito debe aprender que la mano le acaricia, que no es un objeto de juego; si no le acostumbramos desde pequeño, esos leves mordiscos y soportables arañazos cuando son cachorros se convierten en un auténtico problema difícil de eliminar cuando son adultos. Por ello, siempre utilizaremos un objeto adecuado para desarrollar el instinto de caza/juego de nuestro gatito, de ahí la importancia de los juguetes interactivos a que hemos aludido antes.
Tanto en el caso de animales de vida en el interior como en la de aquellos que tienen acceso al exterior, debemos adecuar su alimentación a las distintas necesidades que suponen estos dos estilos de vida.
Una alimentación adecuada, a medida, permitirá que nuestro buen amigo saque todo el provecho a los necesarios momentos de juego.
Debido al juego los cachorros llegan a establecer los ajustes oportunos entre ciertas sensaciones que llegan del mundo exterior y su organismo; es decir, el juego mantiene en perfecto estado de alerta a los cinco receptores fundamentales del animal -vista, oído, olfato, gusto y tacto- y permite una extraordinaria coordinación de todos los mecanismos.
JUEGO DURANTE TODA LA VIDA
Cuando el ser humano incorpora a ciertos animales a su entorno, normalmente intenta que éstos mantengan una continua “niñez”; por ello, el hombre quiere que su gato sea siempre un cachorro, que lo necesite, que demande, acepte y busque sus manifestaciones de cariño. Dicho intento por mantener el comportamiento de la etapa juvenil de las mascotas se consigue tanto por la convivencia en los entornos humanos como por la total dependencia del hombre. Por ello, un gato en cualquier etapa de su vida puede seguir manifestando comportamientos infantiles, entre los que está el juego.
Hoy día todos los especialistas asocian el juego con el bienestar del animal, incluidos los cachorros, dado que juegan cuando están tranquilos, cuando ninguna otra necesidad (alimenticia, territorial, etc.) les preocupa ni requiere de su plena atención.
Como bien saben los propietarios de gatos, su juego preferido es perseguir objetos en movimiento; si éstos no existen o no se les ofrecen, ellos se los buscan..., ¡o se los inventan! Tan importante es esta actividad lúdica de persecución, acecho y caza, que cuando un cachorro no dispone de estímulos de juego pueden aparecer problemas. A este respecto, no son pocos los propietarios de gatos que llegan a las consultas veterinarias quejándose de los arañazos y mordiscos que su “Félix” les propina de forma sorpresiva cuando caminan por el pasillo de su casa. Sin embargo, lo que no tienen tan claro estos propietarios es que dicha conducta inadecuada del animal se solucionaría fácilmente aportando más momentos de entretenimiento a su felino amigo.
BENEFICIOS DEL JUEGO
- Ejercicio: El ejercicio es vital para mantener un estado sanitario correcto, entre otras razones porque va unido al ejercicio; por ello podemos concluir que el juego aporta salud
- “Ansiolítico”: Los felinos caseros padecen de estrés y ansiedad..., cuyos efectos indeseables él combate de varias formas. Una de ellas es el atusado propio, que aporta calma y relajación; otra es el juego, que le permite no verse afectado por la depresión y la letargia de una vida en un entorno cerrado.
- Estimulación: Un gato necesita estímulos, así que si no los tiene, deberá buscarlos “atacando” a los pies de su propietario, mirando a través de los cristales a esos apetecibles pájaros o de cualquier otra forma. El fin es bien claro, el juego aporta estímulos y nuevos escenarios en su rutina diaria.
¿QUÉ JUEGOS?
Debemos tener muy presente que la intervención del propietario facilita el desencadenamiento del interés por el juego del animal. Por ello, en nuestra mano está aportar opciones adecuadas tanto en el caso del animal que vive en casa como en los que disfrutan de acceso al exterior.
- Dentro de casa: Para los animales caseros debemos buscar aquellos juguetes especialmente pensados para los gatos, disponibles en las clínicas veterinarias y en las tiendas especializadas. Entre ellos existen infinidad de juguetes que podríamos denominar de persecución: atados a cordeles, con y sin pilas, con forma o no de animales...
- Los juguetes interactivos, es decir, aquellos que empleamos para jugar con nuestros gatos (plumeros, cañas, etc.) son muy recomendables, dado que obligan al propietario a participar en este juego, lo que convierte este acto en un momento especial para el gato, que disfruta a la vez de la presencia del dueño con tan divertido y necesario momento lúdico.
Aunque los árboles rascadores no son en sí juguetes, las distintas alturas y texturas de las plataformas los convierten en los favoritos de los gatos, ya que desde esa posición privilegiada observan su territorio, valoran los movimientos de todos los integrantes de la familia, se sienten superiores y protegidos y, a la vez, encuentran en este elemento de su particular decoración la mejor textura para el afilado de sus uñas.
Para que el gato disfrute al máximo de este elemento es mejor colocarlo cerca de una ventana, cerrada, por supuesto, para que el animal tenga más cosas que observar.
- Fuera de casa: El gato que tiene acceso al exterior es un auténtico privilegiado dentro de la colonia felina, ya que en una terraza o jardín se enfrenta al más divertido de los juegos, la caza; algún insecto, pájaro, ratón o cualquier otro elemento volador (pelusas, hojas, etc.) pueden ser el destino final de sus concentradas energías. Eso sí, debemos tener cuidado con todos los peligros que puedan entrañar estas salidas.
Una cosa primordial a la hora de jugar con nuestro gato es que no debemos olvidar que nuestras manos no entren en contacto directo con él. El gatito debe aprender que la mano le acaricia, que no es un objeto de juego; si no le acostumbramos desde pequeño, esos leves mordiscos y soportables arañazos cuando son cachorros se convierten en un auténtico problema difícil de eliminar cuando son adultos. Por ello, siempre utilizaremos un objeto adecuado para desarrollar el instinto de caza/juego de nuestro gatito, de ahí la importancia de los juguetes interactivos a que hemos aludido antes.
Tanto en el caso de animales de vida en el interior como en la de aquellos que tienen acceso al exterior, debemos adecuar su alimentación a las distintas necesidades que suponen estos dos estilos de vida.
Una alimentación adecuada, a medida, permitirá que nuestro buen amigo saque todo el provecho a los necesarios momentos de juego.
domingo, 3 de junio de 2012
Salir de casa
La mayoría de los gatos que viven en nuestros hogares no salen casi nunca de casa. Aunque parezca imposible, podemos conseguir que el felino acepte de buen grado las salidas, aunque sean escasas y para circunstancias “no del todo agradables”.
Si lo pensamos un momento, para todos aquellos gatos que no tienen la oportunidad de disfrutar de parte o la totalidad de su vida en el exterior del hogar, las salidas del domicilio familiar son contadas: en la mayoría de los casos se reducen a las visitas al veterinario y a los viajes de vacaciones.
Tanto una como otra circunstancia no suele ser del agrado del animal. En el caso de acudir al veterinario, el gato relaciona el transportín y los movimientos del desplazamiento, con un final “poco apetecible”: un recinto con olores de todo tipo de animales, la mayoría indicativos de estrés, una habitación con un señor desconocido enfundado en una bata blanca, o un pijama de intensos colores, y, generalmente, algún manejo físico coronado por algún que otro pinchazo en su organismo. Es evidente que el felino no relacionará estas salidas del hogar con algo gratificante, aunque podemos conseguirlo.
Del otro lado están los viajes. Por regla general al gato no se le consulta el lugar de destino vacacional, ni se le comenta el día de salida o el plan de viaje o las paradas a realizar. Únicamente es introducido en su transportín un número de horas variable hasta llegar a destino.
En el mejor de los casos el gato pasará todo el recorrido callado, alucinando con la situación. En el peor de los casos, incluso con la ayuda de fármacos, el animal maullará todo el camino, salivará, sudará por sus almohadillas plantares, vomitará, y emitirá por su organismo todo aquello que debería ser emitido, de forma exclusiva, en la bandeja de arena.
¿Y cómo podemos evitar el mal rato de los desplazamientos a nuestro animal?
Es sencillo, pero debemos aplicar el método desde que el felino llega al hogar. De nada sirve comenzar a hacerlo cuando el gato ya es adulto y ha realizado ya unos cuantos “viajecitos” en contra de su voluntad.
Es evidente que lo que vamos a comentar requiere un esfuerzo, pero pensemos en el gato, o seamos egoístas y pensemos en todo lo comentado anteriormente.
Es tan sencillo como hacer que el gato perciba el transportín como algo positivo. Para ello lo dejaremos abierto en casa, lo rociaremos de feromonas en espray, permitiremos que ese artilugio pueda ser considerado como un lugar cómodo y seguro para el animal.
Es necesario hacer esto antes de plantear la salida de viaje o la primera visita al veterinario, al menos durante unos días, una semana…
Posteriormente acostumbraremos al animal al coche, y para ello el primer recorrido será corto, muy corto: por ejemplo desaparcar y volver a aparcar el coche; está claro que el animal aceptará de mejor grado esa corta maniobra que no un viaje directo Cádiz – La Coruña.
Y finalmente el veterinario. Lo ideal sería realizar un par de visitas en las que el animal no tuviera que ser vacunado, manoseado en exceso, unas visitas de exclusivo reconocimiento y aceptación del territorio hostil.
Este proceso es un poco pesado, pero es efectivo para toda la vida del animal.
Si lo pensamos un momento, para todos aquellos gatos que no tienen la oportunidad de disfrutar de parte o la totalidad de su vida en el exterior del hogar, las salidas del domicilio familiar son contadas: en la mayoría de los casos se reducen a las visitas al veterinario y a los viajes de vacaciones.
Tanto una como otra circunstancia no suele ser del agrado del animal. En el caso de acudir al veterinario, el gato relaciona el transportín y los movimientos del desplazamiento, con un final “poco apetecible”: un recinto con olores de todo tipo de animales, la mayoría indicativos de estrés, una habitación con un señor desconocido enfundado en una bata blanca, o un pijama de intensos colores, y, generalmente, algún manejo físico coronado por algún que otro pinchazo en su organismo. Es evidente que el felino no relacionará estas salidas del hogar con algo gratificante, aunque podemos conseguirlo.
Del otro lado están los viajes. Por regla general al gato no se le consulta el lugar de destino vacacional, ni se le comenta el día de salida o el plan de viaje o las paradas a realizar. Únicamente es introducido en su transportín un número de horas variable hasta llegar a destino.
En el mejor de los casos el gato pasará todo el recorrido callado, alucinando con la situación. En el peor de los casos, incluso con la ayuda de fármacos, el animal maullará todo el camino, salivará, sudará por sus almohadillas plantares, vomitará, y emitirá por su organismo todo aquello que debería ser emitido, de forma exclusiva, en la bandeja de arena.
¿Y cómo podemos evitar el mal rato de los desplazamientos a nuestro animal?
Es sencillo, pero debemos aplicar el método desde que el felino llega al hogar. De nada sirve comenzar a hacerlo cuando el gato ya es adulto y ha realizado ya unos cuantos “viajecitos” en contra de su voluntad.
Es evidente que lo que vamos a comentar requiere un esfuerzo, pero pensemos en el gato, o seamos egoístas y pensemos en todo lo comentado anteriormente.
Es tan sencillo como hacer que el gato perciba el transportín como algo positivo. Para ello lo dejaremos abierto en casa, lo rociaremos de feromonas en espray, permitiremos que ese artilugio pueda ser considerado como un lugar cómodo y seguro para el animal.
Es necesario hacer esto antes de plantear la salida de viaje o la primera visita al veterinario, al menos durante unos días, una semana…
Posteriormente acostumbraremos al animal al coche, y para ello el primer recorrido será corto, muy corto: por ejemplo desaparcar y volver a aparcar el coche; está claro que el animal aceptará de mejor grado esa corta maniobra que no un viaje directo Cádiz – La Coruña.
Y finalmente el veterinario. Lo ideal sería realizar un par de visitas en las que el animal no tuviera que ser vacunado, manoseado en exceso, unas visitas de exclusivo reconocimiento y aceptación del territorio hostil.
Este proceso es un poco pesado, pero es efectivo para toda la vida del animal.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
jueves, 31 de mayo de 2012
Los curiosos juegos del gatito
Podríamos definir el juego como un comportamiento con
patrones específicos, llevados a cabo por individuos solitarios o en
grupo, durante los cuales se desarrollan acciones espontáneas que no
tienen por qué ser de utilidad.
Los juegos serán fundamentales para el desarrollo físico y “mental” de nuestro gatito; el ejercicio que el juego proporciona también evitará variados problemas de salud, como la obesidad.
Nuestros pequeños amigos pueden desarrollar dos tipos de juego: el juego social y el juego solitario.
Juego social
Para que los gatitos comiencen a desarrollar el juego social deben intervenir, evidentemente, dos o más ejemplares. Entre estos juegos sociales, que se mantienen entre las semanas 4 a la 16, se encuentran los siguientes:
- “Panza arriba”: el gato está apoyado en la espalda, con las patas en movimiento. La boca, generalmente abierta, enseña ligeramente los dientes. Se presenta a partir de la tercera semana. Es un comportamiento de juego que también se observa durante el apareamiento.
- “De pie”: También a partir de la tercera semana el gato se mantiene de pie sobre sus patas traseras, mientras que con las delanteras extendidas se prepara para dar manotazos.
- “De lado”: sobre la quinta semana el gato muestra su cuerpo de lado, con un ligero arqueamiento y la cola curvada hacia el gato con el que juega. El otro animal suele dar vueltas sobre el primero.
- “Abalanzarse”: el gato se agacha con las extremidades posteriores bajo el cuerpo y la cola extendida hacia atrás; el peso del cuerpo, inicialmente, es desplazado hacia delante y hacia atrás, en un rítmico “bamboleo”… cuando surge la oportunidad, saltará hacia otro gato o persona. Este comportamiento se presenta sobre la quinta semana de edad.
- “Caza”: es el juego social de persecución y huida; aparece entre la quinta y la sexta semana de vida. Es uno de los juegos en los que los gatitos invierten más tiempo.
- “Salto horizontal”: se presenta, aproximadamente, a la semana de adquirirse el comportamiento de juego de caza; el animal efectúa saltos horizontales, con posturas asociadas a “de lado”.
- “Cara a cara”: sobre las siete semanas podemos ver a dos gatos sentados cara a cara, inclinando sus cuerpos hacia delante. De forma casi simultánea dirigen el movimiento de sus patas delanteras a la cara del contrario.
Juego solitario
Pero no todos los gatitos pueden disfrutar del juego social; muchos ejemplares se entretendrán y ejercitarán con la ayuda del juego solitario; los gatitos “hijos únicos” o ya en su nuevo hogar utilizan mucho este tipo de juego a partir de las ocho semanas de edad.
Existen varios tipos de juego solitario:
- “El ratón”: se producen saltos sobre un objeto móvil, como pelotas o ratones a pilas. Sobre ellos los gatitos enganchan sus patas delanteras acompañándose de espectaculares cabriolas. Otra “versión” más tranquila del juego es dando manotazos al objeto.
- “El pájaro”: consiste en atrapar objetos “voladores” y llevárselos a la boca. Es el típico juego de persecución de los “plumeros” para gatos, que intentan interceptar a toda costa, por muy complicado que sea. Otra variante “más tecnológica” del juego son las evoluciones de los gatitos persiguiendo un puntero láser por donde quiera que asome.
- “El conejo”: en este juego hacen emboscadas a otros objetos, animados o inanimados, de pequeño o “gran” tamaño: otros animales, juguetes, personas… el máximo estímulo es conseguir atrapar su presa proporcionándola un certero mordisco e intentar inmovilizarlo. Como podemos intuir este juego conduce a peleas con otros animales, lógicos enfados del propietario. Es un juego que debemos evitar y redirigir.
- “El fantasma”: en los juegos solitarios no solo ejercen acción sobre “presas” reales. Su objeto “cazable” puede ser imaginario; los propietarios llegan a pensar que el animal sufre un ataque de “enajenación transitoria” o algún tipo de inexplicable locura; ver saltar a nuestro gato persiguiendo “nada” por la pared o a lo largo del oscuro pasillo puede hacernos sentir un cierto desconcierto. Los pequeños gatos son los que más manifiestan estos ataques de locura, principalmente al atardecer o llegada la noche.
Una de las características del gato doméstico es que durante toda su vida continua teniendo el comportamiento de juego de su más tierna infancia. Por este motivo, e independientemente de la edad, siguen jugando y teniendo comportamientos característicos de gatitos.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
Los juegos serán fundamentales para el desarrollo físico y “mental” de nuestro gatito; el ejercicio que el juego proporciona también evitará variados problemas de salud, como la obesidad.
Nuestros pequeños amigos pueden desarrollar dos tipos de juego: el juego social y el juego solitario.
Juego social
Para que los gatitos comiencen a desarrollar el juego social deben intervenir, evidentemente, dos o más ejemplares. Entre estos juegos sociales, que se mantienen entre las semanas 4 a la 16, se encuentran los siguientes:
- “Panza arriba”: el gato está apoyado en la espalda, con las patas en movimiento. La boca, generalmente abierta, enseña ligeramente los dientes. Se presenta a partir de la tercera semana. Es un comportamiento de juego que también se observa durante el apareamiento.
- “De pie”: También a partir de la tercera semana el gato se mantiene de pie sobre sus patas traseras, mientras que con las delanteras extendidas se prepara para dar manotazos.
- “De lado”: sobre la quinta semana el gato muestra su cuerpo de lado, con un ligero arqueamiento y la cola curvada hacia el gato con el que juega. El otro animal suele dar vueltas sobre el primero.
- “Abalanzarse”: el gato se agacha con las extremidades posteriores bajo el cuerpo y la cola extendida hacia atrás; el peso del cuerpo, inicialmente, es desplazado hacia delante y hacia atrás, en un rítmico “bamboleo”… cuando surge la oportunidad, saltará hacia otro gato o persona. Este comportamiento se presenta sobre la quinta semana de edad.
- “Caza”: es el juego social de persecución y huida; aparece entre la quinta y la sexta semana de vida. Es uno de los juegos en los que los gatitos invierten más tiempo.
- “Salto horizontal”: se presenta, aproximadamente, a la semana de adquirirse el comportamiento de juego de caza; el animal efectúa saltos horizontales, con posturas asociadas a “de lado”.
- “Cara a cara”: sobre las siete semanas podemos ver a dos gatos sentados cara a cara, inclinando sus cuerpos hacia delante. De forma casi simultánea dirigen el movimiento de sus patas delanteras a la cara del contrario.
Juego solitario
Pero no todos los gatitos pueden disfrutar del juego social; muchos ejemplares se entretendrán y ejercitarán con la ayuda del juego solitario; los gatitos “hijos únicos” o ya en su nuevo hogar utilizan mucho este tipo de juego a partir de las ocho semanas de edad.
Existen varios tipos de juego solitario:
- “El ratón”: se producen saltos sobre un objeto móvil, como pelotas o ratones a pilas. Sobre ellos los gatitos enganchan sus patas delanteras acompañándose de espectaculares cabriolas. Otra “versión” más tranquila del juego es dando manotazos al objeto.
- “El pájaro”: consiste en atrapar objetos “voladores” y llevárselos a la boca. Es el típico juego de persecución de los “plumeros” para gatos, que intentan interceptar a toda costa, por muy complicado que sea. Otra variante “más tecnológica” del juego son las evoluciones de los gatitos persiguiendo un puntero láser por donde quiera que asome.
- “El conejo”: en este juego hacen emboscadas a otros objetos, animados o inanimados, de pequeño o “gran” tamaño: otros animales, juguetes, personas… el máximo estímulo es conseguir atrapar su presa proporcionándola un certero mordisco e intentar inmovilizarlo. Como podemos intuir este juego conduce a peleas con otros animales, lógicos enfados del propietario. Es un juego que debemos evitar y redirigir.
- “El fantasma”: en los juegos solitarios no solo ejercen acción sobre “presas” reales. Su objeto “cazable” puede ser imaginario; los propietarios llegan a pensar que el animal sufre un ataque de “enajenación transitoria” o algún tipo de inexplicable locura; ver saltar a nuestro gato persiguiendo “nada” por la pared o a lo largo del oscuro pasillo puede hacernos sentir un cierto desconcierto. Los pequeños gatos son los que más manifiestan estos ataques de locura, principalmente al atardecer o llegada la noche.
Una de las características del gato doméstico es que durante toda su vida continua teniendo el comportamiento de juego de su más tierna infancia. Por este motivo, e independientemente de la edad, siguen jugando y teniendo comportamientos característicos de gatitos.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
domingo, 27 de mayo de 2012
El marcaje
Que un gato
realice sus deposiciones fuera de la bandeja de arena es el problema de
conducta más frecuente de los felinos, y normalmente es debido al
marcaje del territorio típico de su especie, aunque también existen
excepciones.
El marcaje es el rociado de superficies verticales mediante la orina, y es una conducta fisiológica de los felinos que realizan instintivamente para marcar su territorio y hacer ver al resto de congéneres quien es el “dueño” de la zona. Este comportamiento se produce principalmente en machos adultos no castrados, seguido muy de cerca por las hembras adultas no esterilizadas que estén en celo.
Lo que para el humano es algo evidentemente desagradable y problemático (pues se desespera viendo como su casa se llena de manchas y olores), para el felino que lo realiza no es otra cosa que una normal, aceptable, e incluso elegante y relevante, forma de comunicarse.
El marcaje no sólo se produce cuando existe una época de celo en machos o hembras; el rociado también aparece, por ejemplo, cuando llegan nuevos animales al hogar, con la entrada de nuevo mobiliario, cambios de casa, nuevas plantas en el entorno, etc. E incluso el rociado de la orina también puede responder al estrés o a la ansiedad del animal ante ciertos estímulos: nuevas personas en casa, castigos inadecuados, etc.
Entre las principales causas del marcaje con orina de un gato podemos destacar:
. Marcaje sexual (hormonal): es el más frecuente y su prevención es sencilla: la esterilización del animal a edad temprana, antes de presentar los primeros comportamientos sexuales. La esterilización no siempre elimina el problema, pero, sin lugar a dudas, es la forma más efectiva.
. Número de animales en el hogar, entrada de nuevos animales en el hogar o llegada de nuevos ejemplares al vecindario: el aumento del número de ejemplares en un entorno cercano (hogar), o en un entorno próximo (vecindad: tanto para los que salen como no del hogar), provoca un mayor “interés” del felino por establecer marcas territoriales, marcas que se producen mediante el marcaje con orina, principalmente.
. Cambios en su entorno directo: los cambios de mobiliario o las obras en casa, por ejemplo, son desencadenantes potenciales de conductas de marcaje, ya que el animal “necesita” delimitar de nuevo su propiedad y existen cosas nuevas que no son reconocibles y han de tener, cuanto antes, su “firma”.
. Otras causas de marcaje que, según el autor consultado, podrían estar agrupadas en los comportamientos higiénicos inadecuados por alteraciones de comportamiento, son los cambios de horarios de los propietarios, sus ausencias prolongadas, los castigos físicos o inadecuados, etc.
. Temperamento del animal: siempre debemos tener presente que cada animal es “un mundo”, y que no podemos equiparar comportamientos: existen animales sanos, sin problema alguno, que jamás tienen “interés” por el marcaje y, en el lado opuesto, felinos que, a pesar de la esterilización, siguen marcando “sin razón alguna”.
En el caso de que nuestro gato este realizando un rociado con orina, un marcaje de superficies verticales, debemos plantearnos que para su resolución será imprescindible seguir los siguientes pasos, de “la mano” de un especialista:
. Identificación de la causa: sin tener claro el origen del problema, si ponemos una solución inadecuada el problema puede empeorar.
. Reducción o modificación de los estímulos que provocan el rociado: una vez clara la causa, nuestra labor es intentar que el origen del problema desaparezca o se minimice.
Y, aunque ya lo hemos comentado en otras ocasiones, siempre debemos tener presente este cuadro aclaratorio cuando el problema aparezca en nuestro hogar; con él, podremos diferenciar el marcaje de los problemas de eliminación inadecuada.
El marcaje es el rociado de superficies verticales mediante la orina, y es una conducta fisiológica de los felinos que realizan instintivamente para marcar su territorio y hacer ver al resto de congéneres quien es el “dueño” de la zona. Este comportamiento se produce principalmente en machos adultos no castrados, seguido muy de cerca por las hembras adultas no esterilizadas que estén en celo.
Lo que para el humano es algo evidentemente desagradable y problemático (pues se desespera viendo como su casa se llena de manchas y olores), para el felino que lo realiza no es otra cosa que una normal, aceptable, e incluso elegante y relevante, forma de comunicarse.
El marcaje no sólo se produce cuando existe una época de celo en machos o hembras; el rociado también aparece, por ejemplo, cuando llegan nuevos animales al hogar, con la entrada de nuevo mobiliario, cambios de casa, nuevas plantas en el entorno, etc. E incluso el rociado de la orina también puede responder al estrés o a la ansiedad del animal ante ciertos estímulos: nuevas personas en casa, castigos inadecuados, etc.
Entre las principales causas del marcaje con orina de un gato podemos destacar:
. Marcaje sexual (hormonal): es el más frecuente y su prevención es sencilla: la esterilización del animal a edad temprana, antes de presentar los primeros comportamientos sexuales. La esterilización no siempre elimina el problema, pero, sin lugar a dudas, es la forma más efectiva.
. Número de animales en el hogar, entrada de nuevos animales en el hogar o llegada de nuevos ejemplares al vecindario: el aumento del número de ejemplares en un entorno cercano (hogar), o en un entorno próximo (vecindad: tanto para los que salen como no del hogar), provoca un mayor “interés” del felino por establecer marcas territoriales, marcas que se producen mediante el marcaje con orina, principalmente.
. Cambios en su entorno directo: los cambios de mobiliario o las obras en casa, por ejemplo, son desencadenantes potenciales de conductas de marcaje, ya que el animal “necesita” delimitar de nuevo su propiedad y existen cosas nuevas que no son reconocibles y han de tener, cuanto antes, su “firma”.
. Otras causas de marcaje que, según el autor consultado, podrían estar agrupadas en los comportamientos higiénicos inadecuados por alteraciones de comportamiento, son los cambios de horarios de los propietarios, sus ausencias prolongadas, los castigos físicos o inadecuados, etc.
. Temperamento del animal: siempre debemos tener presente que cada animal es “un mundo”, y que no podemos equiparar comportamientos: existen animales sanos, sin problema alguno, que jamás tienen “interés” por el marcaje y, en el lado opuesto, felinos que, a pesar de la esterilización, siguen marcando “sin razón alguna”.
En el caso de que nuestro gato este realizando un rociado con orina, un marcaje de superficies verticales, debemos plantearnos que para su resolución será imprescindible seguir los siguientes pasos, de “la mano” de un especialista:
. Identificación de la causa: sin tener claro el origen del problema, si ponemos una solución inadecuada el problema puede empeorar.
. Reducción o modificación de los estímulos que provocan el rociado: una vez clara la causa, nuestra labor es intentar que el origen del problema desaparezca o se minimice.
Y, aunque ya lo hemos comentado en otras ocasiones, siempre debemos tener presente este cuadro aclaratorio cuando el problema aparezca en nuestro hogar; con él, podremos diferenciar el marcaje de los problemas de eliminación inadecuada.
Eliminación inadecuada
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Marcaje
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Se produce en machos y hembras
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Se produce principalmente en machos enteros y en hembras en celo.
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Se da a cualquier edad
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Se da en adultos
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Las heces y la orina aparecen en superficies horizontales
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La orina aparece en superficies verticales
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Se da con orina y heces
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Se da sólo con orina
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Las heces y la orina aparecen en cualquier sitio de la casa
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La orina aparece en puertas, rodapiés, ventanas, objetos nuevos, ropa de las visitas...
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domingo, 13 de mayo de 2012
Esterilización
Cuando hablamos de esterilización o castración, es frecuente que la humanización del proceso haga que los nuevos propietarios muestren un claro rechazo. Sin embargo, conocer las ventajas para el gato es sinónimo de aceptación inmediata.
La Cualquier propietario civilizado y responsable debería tener siempre presente el control de la reproducción de su mejor amigo. Y la postura debería ser siempre la misma: si no va a criar con su gato o gata DE FORMA RESPONSABLE (asegurar un hogar a los cachorros), hay que plantearse seriamente la esterilización del animal, por el bien del gato.
Esta premisa, aún no tan popular en la sociedad española, es una práctica habitual, por ejemplo, en países anglosajones, en los que, después de finalizar el programa vacunal del cachorro (en genérico, válido para machos y hembras), se realiza la esterilización del mismo.
Muchos propietarios son inicialmente reacios, ya que la cirugía se realiza bajo anestesia general pero, una vez valorados los pros y los contras, casi todos cambian posteriormente de opinión, ya que si se hace un estudio prequirúrgico y el animal está sano, el riesgo es mínimo. Además, la creencia popular de que los animales han de tener un celo o una camada antes de ser esterilizados, forma parte de la rumorología más absoluta, pues esto es completamente erróneo.
En el caso de los machos, la cirugía es especialmente interesante en ciertos animales con comportamientos agresivos, escapistas, etc. También evitaremos tumores testiculares y cistitis crónicas.
En el caso de las hembras evitaremos los celos, las pseudogestaciones, las infecciones de útero (piómetras), los tumores de útero, ovarios y mama, ciertos problemas de comportamiento y fugas para buscar un macho.
Y en ambos casos, la esterilización evita la ansiedad que les supone a los animales el instinto de querer aparearse durante el celo y no poder.
Es importante tener en cuenta que, tras la operación, si no se toman las medidas oportunas, se produce un rápido aumento de peso. La causa principal es, por un lado, el aumento en la ingesta de alimentos, y por otro, la disminución de la actividad y, por tanto, de las necesidades energéticas. Se estima que las necesidades energéticas de los gatos esterilizados se reducen en torno a un 30%. Después de la esterilización los gatos son incapaces de regular el consumo de alimentos y adaptarse a sus nuevas necesidades, con lo que el riesgo de sobrepeso es muy elevado. En tan solo 48 horas tras la cirugía se puede observar el mayor apetito y en 2 meses ya se puede instaurar el aumento de peso.
Actualmente existen numerosas dietas de alta gama, específicas para estos animales intervenidos, que permiten mantener en forma a la mascota esterilizada con un alimento que cubra todas sus necesidades.
La Cualquier propietario civilizado y responsable debería tener siempre presente el control de la reproducción de su mejor amigo. Y la postura debería ser siempre la misma: si no va a criar con su gato o gata DE FORMA RESPONSABLE (asegurar un hogar a los cachorros), hay que plantearse seriamente la esterilización del animal, por el bien del gato.
Esta premisa, aún no tan popular en la sociedad española, es una práctica habitual, por ejemplo, en países anglosajones, en los que, después de finalizar el programa vacunal del cachorro (en genérico, válido para machos y hembras), se realiza la esterilización del mismo.
Muchos propietarios son inicialmente reacios, ya que la cirugía se realiza bajo anestesia general pero, una vez valorados los pros y los contras, casi todos cambian posteriormente de opinión, ya que si se hace un estudio prequirúrgico y el animal está sano, el riesgo es mínimo. Además, la creencia popular de que los animales han de tener un celo o una camada antes de ser esterilizados, forma parte de la rumorología más absoluta, pues esto es completamente erróneo.
En el caso de los machos, la cirugía es especialmente interesante en ciertos animales con comportamientos agresivos, escapistas, etc. También evitaremos tumores testiculares y cistitis crónicas.
En el caso de las hembras evitaremos los celos, las pseudogestaciones, las infecciones de útero (piómetras), los tumores de útero, ovarios y mama, ciertos problemas de comportamiento y fugas para buscar un macho.
Y en ambos casos, la esterilización evita la ansiedad que les supone a los animales el instinto de querer aparearse durante el celo y no poder.
Es importante tener en cuenta que, tras la operación, si no se toman las medidas oportunas, se produce un rápido aumento de peso. La causa principal es, por un lado, el aumento en la ingesta de alimentos, y por otro, la disminución de la actividad y, por tanto, de las necesidades energéticas. Se estima que las necesidades energéticas de los gatos esterilizados se reducen en torno a un 30%. Después de la esterilización los gatos son incapaces de regular el consumo de alimentos y adaptarse a sus nuevas necesidades, con lo que el riesgo de sobrepeso es muy elevado. En tan solo 48 horas tras la cirugía se puede observar el mayor apetito y en 2 meses ya se puede instaurar el aumento de peso.
Actualmente existen numerosas dietas de alta gama, específicas para estos animales intervenidos, que permiten mantener en forma a la mascota esterilizada con un alimento que cubra todas sus necesidades.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
jueves, 3 de mayo de 2012
Cuidados de un gato enfermo
Nuestro gato, como cualquier ser vivo, necesita muchos cuidados y mimos cuando no se encuentra del todo bien.
En esta sección queremos ofrecerte una completa guía para que puedas cuidar a tu gato de la mejor forma posible e intentar de esta manera que su recuperación sea lo más pronta y lo más satisfactoria posible.
Cómo saber si el gato está enfermoSi estás pendiente de la apariencia de su gato y de su conducta, puedes ser capaz de detectar los problemas de salud que tu gato pueda tener antes de que progresen demasiado, evitando así serios problemas.
Fíjate en los cambios de conducta y/o apetito, temperatura alta, deshidratación y temblores. Si tu gato se vuelve más tranquilo y menos activo, come menos de lo usual por un período de tiempo, o luce generalmente decaído, son todas señales de que no se debe estar sintiendo bien. Lo mejor en estos casos es llevarlo al veterinario para que lo examinen.
En esta sección queremos ofrecerte una completa guía para que puedas cuidar a tu gato de la mejor forma posible e intentar de esta manera que su recuperación sea lo más pronta y lo más satisfactoria posible.
Cómo saber si el gato está enfermoSi estás pendiente de la apariencia de su gato y de su conducta, puedes ser capaz de detectar los problemas de salud que tu gato pueda tener antes de que progresen demasiado, evitando así serios problemas.
Fíjate en los cambios de conducta y/o apetito, temperatura alta, deshidratación y temblores. Si tu gato se vuelve más tranquilo y menos activo, come menos de lo usual por un período de tiempo, o luce generalmente decaído, son todas señales de que no se debe estar sintiendo bien. Lo mejor en estos casos es llevarlo al veterinario para que lo examinen.
Que necesita el gato cuándo está enfermoCuando el gato no se encuentra del todo bien lo que necesita, como cualquiera de nosotros, es…
Comida: Al estar enfermo las ganas de comer disminuyen. Dale algo que no le cueste mucho masticar, verdura cocida como zanahorias, espinacas. Un poco de pasta. También puedes darle avena, sin azúcar claro. Si nada funciona puedes comprar unos concentrados de vitaminas y minerales y le aplicas en la nariz y en las patas, como a los no les gusta estar sucios, se lamerán y se comerán las vitamina. Agua: Dale abundante agua. Si no quiere tomar dásela tú con una jeringa, lo importante es que no se deshidrate, pera ello puedes pedir que te den sales especiales para este propósito. |
Si tu gato es pequeño no te costará darle agua, dale una jeringa pequeña cada 15 minutos a media hora. Si tu gato es grande lo mismo, pero con una jeringa grande.
Si no quiere tomar levántale el labio de arriba y verás que por el costado del lado entre los dientes y los colmillos queda un espacio vacío por donde puedes administrarle el agua.
Reposo: Mantén al gato en un ambiente sin humedad y con el mínimo ruido. Busca un lugar dentro de tu casa donde no sea molestado. El gato debe estar bien abrigado.
Si no quiere tomar levántale el labio de arriba y verás que por el costado del lado entre los dientes y los colmillos queda un espacio vacío por donde puedes administrarle el agua.
Reposo: Mantén al gato en un ambiente sin humedad y con el mínimo ruido. Busca un lugar dentro de tu casa donde no sea molestado. El gato debe estar bien abrigado.
lunes, 30 de abril de 2012
Comida durante la lactancia
Durante los primeros días del nacimiento del cachorro, éste necesitará mucha leche. La demanda de leche para alimentar a los cachorros continuará aumentando de 20 a 30 días. Como consecuencia de esta gran lactancia, la hembra necesitará mayores dosis de alimento y agua. Las hembras deben alimentarse dos o tres veces al día y tener agua limpia y fresca.
Para favorecer la alimentación de alimentos sólidos en los cachorros los primeros días, los alimentos secos los tenemos que humedecer durante la lactancia. EL interés de los gatitos por los alimentos sólidos se produce a las tres y cuatro semanas de edad. En este periodo también se produce un desinterés en la hembra por lactarlos. El destete de los gatos generalmente sucede entre las 6 y 8 semanas de edad.
Con el destete podemos encontrarnos con un problema con la hembra: una alta producción de leche, la congestión y su consiguiente incomodidad. Te vamos a proporcionar unprocedimiento para reducir y eliminar este exceso de leche, de una forma progresiva y rápida:
En el primer día de destete, no le des nada de alimento a la hembra, sólo agua fresca. Los gatitos se deben separar de la hembra y se les debe ofrecer alimento humedecido y agua. En el segundo, tercero y cuarto días después del destete, se debe limitar el consumo de alimento de la hembra. Dale ¼ de lo comía habitualmente el segundo día, ½ el tercer día y ¾ de la cantidad que consumía normalmente el cuarto día. En el quinto día, normaliza el consumo de alimento a la misma cantidad que consumía la hembra antes de la gestación y la lactancia.
Para favorecer la alimentación de alimentos sólidos en los cachorros los primeros días, los alimentos secos los tenemos que humedecer durante la lactancia. EL interés de los gatitos por los alimentos sólidos se produce a las tres y cuatro semanas de edad. En este periodo también se produce un desinterés en la hembra por lactarlos. El destete de los gatos generalmente sucede entre las 6 y 8 semanas de edad.
Con el destete podemos encontrarnos con un problema con la hembra: una alta producción de leche, la congestión y su consiguiente incomodidad. Te vamos a proporcionar unprocedimiento para reducir y eliminar este exceso de leche, de una forma progresiva y rápida:
En el primer día de destete, no le des nada de alimento a la hembra, sólo agua fresca. Los gatitos se deben separar de la hembra y se les debe ofrecer alimento humedecido y agua. En el segundo, tercero y cuarto días después del destete, se debe limitar el consumo de alimento de la hembra. Dale ¼ de lo comía habitualmente el segundo día, ½ el tercer día y ¾ de la cantidad que consumía normalmente el cuarto día. En el quinto día, normaliza el consumo de alimento a la misma cantidad que consumía la hembra antes de la gestación y la lactancia.
martes, 24 de abril de 2012
Comida en meses de gestación
Es evidente que la nutrición es un factor clave para mantener saludable un gato. De todas formas su grado de importancia es mayor durante los meses de gestación y lactancia.
En esta fase la dieta debe estar muy pendiente de los dos: del gatito y de la madre. Del gatito para suministrar los nutrientes esenciales y ser nutricionalmente completa para un buen desarrollo de los jóvenes cachorros.
Para los cachorros recomendamos dietas formuladas, que proporcionan un 30% de proteína y que contienen más de 1.500 kilocalorías. Los alimentos que reúnen estas características son los especializados para felinos cachorros y se recomienda que el cachorro siga este tipo de alimentación durante los primeros tres meses de la gestación.
Para las hembras creemos que son necesarios en su alimentación unos suplementos alimenticios extras en su dieta regular, para proporcionar la nutrición extra que requiere la hembra gestante y lactante. Esta necesidad en su dieta se logra al suministrar una alimentación completa y equilibrada de buena calidad.
Fuente: http://www.mundogatos.com
En esta fase la dieta debe estar muy pendiente de los dos: del gatito y de la madre. Del gatito para suministrar los nutrientes esenciales y ser nutricionalmente completa para un buen desarrollo de los jóvenes cachorros.
Para los cachorros recomendamos dietas formuladas, que proporcionan un 30% de proteína y que contienen más de 1.500 kilocalorías. Los alimentos que reúnen estas características son los especializados para felinos cachorros y se recomienda que el cachorro siga este tipo de alimentación durante los primeros tres meses de la gestación.
Para las hembras creemos que son necesarios en su alimentación unos suplementos alimenticios extras en su dieta regular, para proporcionar la nutrición extra que requiere la hembra gestante y lactante. Esta necesidad en su dieta se logra al suministrar una alimentación completa y equilibrada de buena calidad.
viernes, 13 de abril de 2012
¡Mi gata está preñada!
Durante
los últimas semanas has notado a tu gata algo distinta. Quizás está un
poco más gorda, los pezones le están cambiando de color y su actitud es
algo más mimosa de lo habitual. Ante estos síntomas, puede que tu gata
esté embarazada. ¡La familia crece!
CUIDADOS DE LA GATA
Una gata embarazada, necesita cuidados
especiales. Deberemos cuidar su alimentación y intentar que se muestre
activa, jugando con ella. En los últimos días de embarazo, evitaremos
que salga al jardín o a la calle ya que no es un lugar muy adecuado para
parir, en caso de que se le adelantara.
Antes del parto elegiremos un rincón
donde la gata se encuentre comoda. Colocaremos un cajón con trozos de
papel para que ponga las crías cuando nazcan.
PROCESO DE GESTACIÓN PASO A PASO.
La gestación de la gata dura 65 días,
aunque no es totalmente exacto. Durante las cuatro primeras semanas,
posiblemente, no notemos nada estraño. Pero a los 28 días, si
sospechamos, podemos acudir al veterinario para que le haga una
exploración. En esos momentos ya es posible palpar a los gatitos y al
mes y medio se les puede hacer una radiografía. En la quinta semana
notaremos ya un ligero aumento de peso, que no parará hasta tener a los
cachorros. En la mitad de su embarazo, además, sus pezones se agrandarán
y empezarán a segregar un líquido lechoso.
Además puede que nuestra gata vomite y es normal que durante su embarazo se arrime más a los dueños, buscando protección.
EL MOMENTO DEL PARTO
A los 65 días, la gata pare. Las
contracciones del útero aumentarán conforme vayan naciendo los gatitos.
Éstos nacen cubiertos con una bolsa amniótica, que les quitará la madre.
Es importante saber que la gata se ocupará en todo momento de su propio
parto, pero es aconsejable estar cerca
por si necesita ayuda. Si, por ejemplo, se olvida de quita la bolsa
amniótica a algunos de los cachorros, seremos nosotros quienes se lo
quitemos, pasando ligeramente una toalla por el cuerpo del gatito.
las contracciones del útero aumentarán
conforme vayan naciendo los gatitos. Nacen cubiertos con una bolsa
amniótica. que les quitará la madre. Si no se lo quita ella, deberemos
hacerlo nosotros, ligeramente con una toalla.
Entre el nacimiento de un gatito y otro,
pueden trascurrir unos 20 minutos. Es la propia gata la que se encarga
de quitarles el cordón umbilical. Aquí también debemos estar atentos y
si notamos que se ha olvidado de alguno, lo quitaremos nosotros mismos
con un alfiler esterilizado con alcohol.
También contaremos cuantas crias nacen
por ver si queda alguna dentro. Tambien controlaremos que expulse la
placenta. Si no lo hace, acudiremos al veterinario.
miércoles, 11 de abril de 2012
Los gatos… ¿Qué vacunas necesitan?
¡Por fin tenemos nuestro gato en casa! Una de las primeras cosas que tenemos que hacer es acudir al veterinario. Él nos propondrá un calendario de vacunación, que protegerá a nuestra mascota de enfermedades tan graves como la rabia o la leucemia. Pero no solo los cachorros necesitan las vacunas…. Estas son algunas cosas que debes saber sobre la vacunación de tu gato.
Antes de acudir al veterinario, debemos mantener nuestro cachorro alejado de otros gatos. Sólo así podremos estar completamente seguros que nuestra mascota no enferma. Al mes de tener el gatito, acudiremos al veterinario. Lo primero que hará será desparasitarlo para después empezar un plan de vacunación, que se mantendrá periódicamente a lo largo de toda su vida.
La primera vacuna es la de la trivalente felina. Se aplica a las nueve semanas de vida del gatito y actua contra la rinotraqueitis, calicivirus y panleucopenia.
Es aconsejable no bañar al gatito durante los diez días siguientes a la vacunación, ya que esto puede producir un serio estrés que disminuiría el efecto de la vacuna.
Quince días después, se aplicará la vacuna contra la leucemia felina : una vacuna que actúa contra el cancer de globulos blancos, responsalbes de la inmunidad.
Pasado un mes, volveremos a vacunar al gatito de las dos vacunas anteriores.
Otra vacuna a tener en cuenta es la vacuna contra la rabia una enfermedad trasmitida por animales salvajes a través de la saliva que ataca al sistema central.
Ya por último, es muy importante seguir las fechas de vacunación porque si no, las vacunas no harán el efecto deseado. Además las revacunaciones deben ser anuales a lo largo de toda su vida.
Fuente: http://www.mundogato.net
La primera vacuna es la de la trivalente felina. Se aplica a las nueve semanas de vida del gatito y actua contra la rinotraqueitis, calicivirus y panleucopenia.
Es aconsejable no bañar al gatito durante los diez días siguientes a la vacunación, ya que esto puede producir un serio estrés que disminuiría el efecto de la vacuna.
Quince días después, se aplicará la vacuna contra la leucemia felina : una vacuna que actúa contra el cancer de globulos blancos, responsalbes de la inmunidad.
Pasado un mes, volveremos a vacunar al gatito de las dos vacunas anteriores.
Otra vacuna a tener en cuenta es la vacuna contra la rabia una enfermedad trasmitida por animales salvajes a través de la saliva que ataca al sistema central.
Ya por último, es muy importante seguir las fechas de vacunación porque si no, las vacunas no harán el efecto deseado. Además las revacunaciones deben ser anuales a lo largo de toda su vida.
Fuente: http://www.mundogato.net
martes, 3 de abril de 2012
Gatos callejeros
Cuando Llegan las vacaciones, miles de mascotas son abandonadas por sus dueños.Gatos, perros y otros animales que nos han acompañado durante el invierno se quedan merodeando por las calles y carreteras, solos y sin nadie que les de cobijo. Las mascotas no son un juguete ni un regalo que se pueda tirar cuando cansemos.
Un gato callejero, como su propio nombre indica, es aquel que vive en la calle por distintas circunstancias. Puede ser que haya sido abandonado por sus dueños, puede ser que se haya perdido o que haya nacido ya en la calle.
Generalmente los gatos callejeros se agrupan en “colonias”. Algunos vecinos, se solidarizan con los gatos dándoles comida. Es aconsejable no dar comida cruda o sobras de comida. Esto generará quejas de otros vecinos por la suciedad y además no supone una comida sana para los gatos. A pesar de seguir estas indicaciones, siempre habrá otros vecinos que los denunciaran por considerar que así se agravan las condiciones de salubridad del barrio, ya que al multiplicarse sin parar constituyen un foco de enfermedades. ¡La polémica está servida!
Pero acabar con las colonias de gatos no es una tarea fácil. Normalmente cuando se elimina una colonia, siempre acaba por ubicarse otra en la misma zona, en un corto periodo de tiempo.
A pesar de esto existen muchas asociaciones que se encargan de controlarlas, ocupándose de la esterilización y de la alimentación de estos felinos. Sería necesario un plan que involucrase la educación ciudadana y la acción legislativa. Si conoces zonas con condiciones insalubres, es mejor llamar a la protectora de animales de tu ciudad. Ellos sabrán qué hacer.
Un gato callejero, como su propio nombre indica, es aquel que vive en la calle por distintas circunstancias. Puede ser que haya sido abandonado por sus dueños, puede ser que se haya perdido o que haya nacido ya en la calle.
Generalmente los gatos callejeros se agrupan en “colonias”. Algunos vecinos, se solidarizan con los gatos dándoles comida. Es aconsejable no dar comida cruda o sobras de comida. Esto generará quejas de otros vecinos por la suciedad y además no supone una comida sana para los gatos. A pesar de seguir estas indicaciones, siempre habrá otros vecinos que los denunciaran por considerar que así se agravan las condiciones de salubridad del barrio, ya que al multiplicarse sin parar constituyen un foco de enfermedades. ¡La polémica está servida!
Pero acabar con las colonias de gatos no es una tarea fácil. Normalmente cuando se elimina una colonia, siempre acaba por ubicarse otra en la misma zona, en un corto periodo de tiempo.
A pesar de esto existen muchas asociaciones que se encargan de controlarlas, ocupándose de la esterilización y de la alimentación de estos felinos. Sería necesario un plan que involucrase la educación ciudadana y la acción legislativa. Si conoces zonas con condiciones insalubres, es mejor llamar a la protectora de animales de tu ciudad. Ellos sabrán qué hacer.
Los gatos romanos, patrimonio biocultural
En Roma parece que las colonias de gatos no suponen ningún problema. De hecho los 120.000 gatos callejeros que se calcula que existen han sido declarados “Patrimonio Biocultural”. Y es que los felinos romanos son un bien que los italianos deben conservar. De hecho estas colonias se pasean tranquilamente por el casco antiguo de Roma, constituyendo un elemento más del paisaje romano.
lunes, 2 de abril de 2012
¿El gato viaja con nosotros?
Se acerca el momento de las vacaciones. Todo está preparado ya… ¿todo? No. En el momento de los preparativos surge la duda: ¿El gato puede viajar con nosotros?, ¿cómo?, ¿A qué precio?, ¿Cuáles son los preparativos necesarios?
Las agencias de transporte
Las agencias de transporte una opción. Sobretodo si sólo deseamos trasladar el animal de un lugar a otro sin trasladarnos nosostros.También resultan muy útiles para a quienes les resulte incómodo viajar con su gatito pero que no quieren prescindir de él en sus vacaciones.
El coche
El avión es otra forma rápida de transporte. Si nuestro gato pesa menos de cinco kilos puede viajar con nosotros, siempre que no haya otro animal. Si no, los animales viajan como equipaje, en jaulas especiales.
El inconveniente del avión son los preparativos. Aquí van algunos consejos para que nada nos pille desprevenidos.
Fuente: http://www.mundogato.net
Las agencias de transporte
Las agencias de transporte una opción. Sobretodo si sólo deseamos trasladar el animal de un lugar a otro sin trasladarnos nosostros.También resultan muy útiles para a quienes les resulte incómodo viajar con su gatito pero que no quieren prescindir de él en sus vacaciones.
El coche
El coche es, sin duda, la forma más práctica y cómoda para viajar con nuestra mascota. Pese a todo, plantea algunos inconvenientes. El gato, que es un animal inquieto y asustadizo por naturaleza, se pone muy nervioso y puede llegar a estresarse. Esto nos puede “dar el viaje”, tanto por la incomodidad que supone, como por los accidentes graves que puede llegar a ocasionar. Deberemos tener especial atención a los golpes de calor.
El tren
El tren es otra alternativa. Cómodo y seguro, nuestro gatito puede viajar junto con nosotros (siempre que paguemos un extra), o en el vagón de equipajes. Eso sí, siempre con el contenedor apropiado.
El avión
El tren
El tren es otra alternativa. Cómodo y seguro, nuestro gatito puede viajar junto con nosotros (siempre que paguemos un extra), o en el vagón de equipajes. Eso sí, siempre con el contenedor apropiado.
El avión
El inconveniente del avión son los preparativos. Aquí van algunos consejos para que nada nos pille desprevenidos.
Fuente: http://www.mundogato.net
jueves, 29 de marzo de 2012
Los gatos en verano
Golpes de calor.
Cuando un gato sufre un golpe de calor, observamos taquicardias, jadeo y un color granate en las encías y lengua. Los golpes de calor se producen en una situación de estrés, en la que la temperatura corporal del gato sube. Un largo viaje o el olvido de nuestra mascota en el coche mientras nos tomamos un café, pueden provocar un golpe de calor a nuestra mascota, sobretodo en verano.
El aire condicionado
El aire acondicionado provoca en nuestra mascota dolencias como la faringitis, la rinitis o la laringitis. Intentaremos no subirlo demasiado y mantener la habitación en una temperatura correcta, intentando que nuestro gato no pase frio.
¡Ojo con las ventanas abiertas!
Si en lugar de encender el aire acondicionado, decidimos abrir las ventanas, debemos tener especial cuidado. El gato no se lo pensará dos veces a la hora de asomarse a la ventana y subirse a la repisa. Esto no siempre implica un accidente, pero tampoco sería la primera vez que un gato se cae por la ventana.
Agua
En los días de calor, el gato necesita ingerir más agua que en invierno. Deberemos llenar el bebedero completamente de agua fresca, ya que en verano se evapora fácilmente.
La comida
En verano los alimentos se descomponen con mayor facilidad y en menor tiempo. Es por eso que deberemos vigilarlos.
Insectos y parásitos
En verano los insectos parásitos se multiplican, y con ellos los problemas para nuestras mascotas. Los mosquitos, las pulgas y las garrapatas producen muchas molestias, así como reacciones alérgicas, inflamaciones y urticaria. Se trata de problemas de fácil y rápida solución, pero que molestan, año tras año, a nuestros gatos. Sus efectos negativos se pueden disminuir, e incluso evitar, con productos antiparasitarios, siempre siguiendo el consejo de nuestro veterinario.
lunes, 26 de marzo de 2012
Enfermedades comunes de gatos
Nuestro gato puede padecer muchas enfermedes a lo largo de su vida. Hay algunas que son muy graves, otras que no tanto y otras que son muy comunes. La gastrointeritis, la caspa, la otitis o las enfermedades respiratorias son enfermedades muy comunes en los gatos. Pero, ¿como las detectamos? y lo más importante… ¿Cómo las combatimos?
GASTROINTERITIS
Consite en un aumento de la frecuencia de defecación. Una de las principales causas es la sobrealimentación (cuanto más alimento, más presión hará en el colone ) y también la tolerancia a derminados alimentos como la leche y sus derivados, el pescado o los huevos. 3 o 4 días con dieta blanda bastarán acabar con ella. Pero si el problema persiste, puede que nuestro gato tenga infestación por parásitos, una enfermedad crónica o el síndrome de mala absorción.
PULGAS
Son un tipo de parásito muy común en los gatos. Chupan la sangre del gato de modo que éste pierde sangre (cuantas más pulgas, más sangre perderá). Además provocarán enfermedades cutáneas a nuestro gato. El problema de las pulgas es que se reproducen de modo casi inmediato. Muchas veces no descubrimos a tiempo estos parásitos, por eso es aconsejable acudir al veterinario ante el primer síntoma. La desparasitación es fundamental.
ENFERMEDADES OCULARES
Las irritaciones oculares son muy frecuentes. Los ojos de nuestro felino estará llorosos y tendrán legañas. Algunas veces se producen por el contacto de pelo en los ojos o también por falta de higiene. De entre las enfermedades oculares, las cataratas son la dolencia más grave. Impiden la visión de nuestro felino e implican el paso por el quirófano.
CASPA
La caspa puede producirse por una dieta desequilibrada, una carencia de aceites o la presencia de algún parásito. No es un problema de díficil solución y se puede combatir facilmente, aunque puede persistir ne el tiempo.
OTITIS Y ESTOMATITIS
Se trata de una inflamación de la mucosa bucal y de los oidos. Estan causadas por bacterias o hongos. Se soluciona con facilidad pero la previsión es fundamental ya que ocasionan grandes molestias a nuestra mascota que podemos evitar con revisiones periódicas.
SÍNDROME UROLÓGICO FELINO
Se trata de la cistitis debida a la formación de cálculos. Los síntomas son: incontinencia al orinar con presencia de un fuerte dolor incluso con sangre. Evitaremos la formación de cálculos mediante alimentos que favorezcan la orina ácida. En casos extremos, la única solución será la intervención quirúrgica.
ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
Se producen cuando el gato se costipa. Los síntomas son los ojos llorosos, estornudos y tos, congestión nasal, mucosidad. Se solucionan fácilmente con antibioticos o jarabes (dependiendo del grado).
Fuente: http://www.mundogato.net
domingo, 25 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato York Chocolate
Gato de cuerpo grande y musculado, posee una osamenta grande. Su cabeza, de cuña redondeada, proviene de sus ancestros los siameses. En ella apreciamos unos ojos almendrados de color verde, avellana u oro, y unas orejas grandes, puntiagudas y ligeramente inclinadas hacia adelante. Su pelaje largo y sedoso, puede ser unicolor o bicolor.
Es una raza muy activa, inteligente y juguetona. Le encanta curiosear y observarlo todo. Es un excelente gato doméstico, ya que disfruta en compañía de su familia. Da mucho amor y necesita recibirlo.
Es una raza muy activa, inteligente y juguetona. Le encanta curiosear y observarlo todo. Es un excelente gato doméstico, ya que disfruta en compañía de su familia. Da mucho amor y necesita recibirlo.
viernes, 23 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato Van Turco
El nombre de la raza deriva de su lugar de origen, la
aislada región que rodea al lago Van, en Turquía. En los años
cincuenta se exportaron varios ejemplares de esta raza a Inglaterra. La
raza no fue reconocida en Europa hasta el 1969. Esta raza todavía
no ha sido reconocida en Estados Unidos.
no ha sido reconocida en Estados Unidos.
La apariencia del Van Turco es similar a la del
Angora. Es un gato grande, de cuerpo y extremidades largas. Su cuerpo
musculado y ancho demuestra la fuerza y la energía que tienen estos
gatos. Sus ojos, grandes y ovalados, son de color ámbar o azul, con un
cerco rosado alrededor.
El pelaje semilargo del Van turco es sedoso y denso.
Su pelaje es normalmente blanco puro con ciertas tonalidades
castaño-cobrizas en la cabeza y cola. Los colores más comunes son el
blanco uniforme, el particolor y blanco, y el atrigrado y blanco. El
pelaje es algo más corto que el del persa. Su pelaje tiende a no
enredarse, por lo que en ese aspecto requiere de pocos cuidados.
Estamos antes unos gatos bastante tranquilos y
caseros. Son cariñosos y muy inteligentes. Sus movimientos son gráciles
y dulces. Descienden de gatos nadadores, por lo que son gatos que
disfrutan con el agua.
Fuente: http://www.razasdegatos.net
martes, 20 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato Tonquinés
El gato tonquinés es originario de Canadá. En la década de los setenta surge esta raza a partir de cruces entre gatos siameses y burmeses.
El tamaño de esta raza es mediano. Su cuerpo es compacto, musculoso y, sobre todo, bien equilibrado. Aunque sus patas son ligeramente largas con respecto al cuerpo. Éstas terminan en uno pequeños y ovalados pies. Su cabeza es redonda, su nariz larga y sus almendrados ojos son algo grandes. Éstos son de un color verde azulado.
Su corto pelaje es muy suave. Además, posee un brillo extraordinario. Existen cinco variedades de manto: visón natural, visón miel, visón champagne, visón azul, y el visón platino. Sea cual sea la variedad de manto, ésta suele oscurecer con el paso de los años. Aclarar que estos gatos son de los más longevos, dentro de las razas gatunas.
Es una raza muy cariñosa. Quizás una de las que más. Y es que son gatos que derrochan dulzura, afecto y cariño. Además son muy inteligentes.
Son gatos muy juguetones y están llenos de vitalidad. Les encanta hacer todo tipo de cosas y ejercicios, por lo que son gatos recomendables para casas con opción a jardín (aunque pueden llegar a adaptarse a viviendas de interior).
Fuente: http://www.razasdegatos.net
El tamaño de esta raza es mediano. Su cuerpo es compacto, musculoso y, sobre todo, bien equilibrado. Aunque sus patas son ligeramente largas con respecto al cuerpo. Éstas terminan en uno pequeños y ovalados pies. Su cabeza es redonda, su nariz larga y sus almendrados ojos son algo grandes. Éstos son de un color verde azulado.
Su corto pelaje es muy suave. Además, posee un brillo extraordinario. Existen cinco variedades de manto: visón natural, visón miel, visón champagne, visón azul, y el visón platino. Sea cual sea la variedad de manto, ésta suele oscurecer con el paso de los años. Aclarar que estos gatos son de los más longevos, dentro de las razas gatunas.
Es una raza muy cariñosa. Quizás una de las que más. Y es que son gatos que derrochan dulzura, afecto y cariño. Además son muy inteligentes.
Son gatos muy juguetones y están llenos de vitalidad. Les encanta hacer todo tipo de cosas y ejercicios, por lo que son gatos recomendables para casas con opción a jardín (aunque pueden llegar a adaptarse a viviendas de interior).
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domingo, 18 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato Sphynx
La raza Sphynx también es conocida como Canadian Hairless (canadiense sin pelo), ya que su origen es canadiense. Estamos ante una de las razas más insólita que existen. Su ausencia de pelo se debe a una mutación genética natural, vista por primera vez en Canadá, en el año 1966. Los criadores canadienses estuvieron trabajando con esta raza desde principios de los años 60.
Estamos ante gato de tamaño medio. Son gatos musculosos y en su cuerpo no encontramos nada de grasa. Su cola, larga y fina, tienen forma de látigo. Ésta se estrecha conforme avanza a su extremidad. Su cabeza , triangular, presenta una nariz corta y unas orejas muy grandes y anchas.
Su piel, un poco arrugada, es caliente y dulce al tacto. Pero aunque lo parezca, no es gato totalmente desnudo. Presenta un pelaje muy corto, muy difícil de observar a primera vista y casi imposible de sentirlo con el tacto, pero presente. Y aunque casi carece de pelo, su poco manto presenta diversos colores: el más frecuentemente es el blanco y rosa de piel, aunque también podemos verlo negro con la piel oscurecida de gris.El gato Sphynx es un gato sociable y cariñoso, aunque tiende a independiente. Aunque prefiere la calma y la tranquilidad, también es un gato muy vivaz y juguetón. Es un gato sociable con otros gatos, aunque con tendencia a la posesión y los celos. La vida en una casa es perfecta para él, ya que es un animal sensible a los cambios de temperatura y a la humedad.
Fuente: http://www.razasdegatos.net
Estamos ante gato de tamaño medio. Son gatos musculosos y en su cuerpo no encontramos nada de grasa. Su cola, larga y fina, tienen forma de látigo. Ésta se estrecha conforme avanza a su extremidad. Su cabeza , triangular, presenta una nariz corta y unas orejas muy grandes y anchas.
Su piel, un poco arrugada, es caliente y dulce al tacto. Pero aunque lo parezca, no es gato totalmente desnudo. Presenta un pelaje muy corto, muy difícil de observar a primera vista y casi imposible de sentirlo con el tacto, pero presente. Y aunque casi carece de pelo, su poco manto presenta diversos colores: el más frecuentemente es el blanco y rosa de piel, aunque también podemos verlo negro con la piel oscurecida de gris.El gato Sphynx es un gato sociable y cariñoso, aunque tiende a independiente. Aunque prefiere la calma y la tranquilidad, también es un gato muy vivaz y juguetón. Es un gato sociable con otros gatos, aunque con tendencia a la posesión y los celos. La vida en una casa es perfecta para él, ya que es un animal sensible a los cambios de temperatura y a la humedad.
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viernes, 16 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato Sokoke
El nombre del gato está muy unido a su origen. Este gato es originario de Kenia. Aunque más concretamente del bosque Sokoke-Arabuke, una de las últimas áreas de bosque lluvioso que existe en el África oriental. Estos gatos llegan a Europa gracias a una criadora danesa que exportó dos en el año 1984. Afortunadamente, éstos se adaptaron bien al gran contraste de temperatura. Y poco a poco se fueron extendiendo por Europa, hasta llegar a Estados Unidos.
El tamaño de la raza Sokoke es mediano. Sus orígenes quedan patentes en ellos por su atlética composición, su tremenda agilidad, su habilidad trepadora y su habilidad en el agua. Aunque su cuerpo no es muy grande, su cabeza es pequeña en proporción a su cuerpo. En cambio su cola sí es larga, presentando diversos anillos oscuros. Sus orejas siempre están erguidas, en posición de alerta.
El corto pelaje de esta raza es muy brillante. El color de sus almendrados ojos va del ámbar al verde claro, en armonía con el color del pelaje. Su pelaje se puede comparar al de un leopardo.
El gato Sokoke es un gato bastante independiente. Son gatos con una fuerte personalidad. Son algo temperamentales y orgullosos, aunque nada agresivos. Son gatos muy físicos: son grandes trepadores, hábiles cazadores, sentidos muy desarrollados.
Aún así, como mascota es juguetona y divertida. Eso sí, necesita espacios abiertos para poder jugar, divertirse y desfogarse. Es un gato con muchísima vitalidad y no suele para quieto demasiado tiempo. Es una raza muy “hablador” y comunicadora con sus herramientas: maullidos, gestos, etc.
El tamaño de la raza Sokoke es mediano. Sus orígenes quedan patentes en ellos por su atlética composición, su tremenda agilidad, su habilidad trepadora y su habilidad en el agua. Aunque su cuerpo no es muy grande, su cabeza es pequeña en proporción a su cuerpo. En cambio su cola sí es larga, presentando diversos anillos oscuros. Sus orejas siempre están erguidas, en posición de alerta.
El corto pelaje de esta raza es muy brillante. El color de sus almendrados ojos va del ámbar al verde claro, en armonía con el color del pelaje. Su pelaje se puede comparar al de un leopardo.
El gato Sokoke es un gato bastante independiente. Son gatos con una fuerte personalidad. Son algo temperamentales y orgullosos, aunque nada agresivos. Son gatos muy físicos: son grandes trepadores, hábiles cazadores, sentidos muy desarrollados.
Aún así, como mascota es juguetona y divertida. Eso sí, necesita espacios abiertos para poder jugar, divertirse y desfogarse. Es un gato con muchísima vitalidad y no suele para quieto demasiado tiempo. Es una raza muy “hablador” y comunicadora con sus herramientas: maullidos, gestos, etc.
Fuente: http://www.razasdegatos.net
miércoles, 14 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato Snowshoe
Gato de origen estadounidense. Su creación surge de la voluntad humana, buscando un gato más corpulento que el siamés, pero con las patas con “guante blanco” como el American Shorthair. Los cruces comienzan en la década de los setenta y el resultado es este gato corpulento de pies blancos. De esos pies le viene el nombre, ya que “snowshoe” en inglés quiere decir “zapato de nieve”.
Como ya hemos dicho, la corpulencia de este gato es superior a la del siamés (más propia del American Shorthair), aunque la largaria del cuerpo si es la suya. Los ojos son bastante grandes, están ovalados y ligeramente oblicuos. Su hocico es largo y sus orejas anchas en la base. Su cola, ancha también en la base, se va afinando hasta llegar a la punta.
Esta raza tiene un marcado carácter, aunque es un gato muy sociable. Tanto que se lleva bien con otros animales. Tiene mucha vitalidad y es muy es juguetón. No presenta nada de agresividad, por lo que es un excelente compañero de juegos para los niños. Es un gato pacífico y bonachón.
Como ya hemos dicho, la corpulencia de este gato es superior a la del siamés (más propia del American Shorthair), aunque la largaria del cuerpo si es la suya. Los ojos son bastante grandes, están ovalados y ligeramente oblicuos. Su hocico es largo y sus orejas anchas en la base. Su cola, ancha también en la base, se va afinando hasta llegar a la punta.
Esta raza tiene un marcado carácter, aunque es un gato muy sociable. Tanto que se lleva bien con otros animales. Tiene mucha vitalidad y es muy es juguetón. No presenta nada de agresividad, por lo que es un excelente compañero de juegos para los niños. Es un gato pacífico y bonachón.
Fuente: http://www.razasdegatos.net
lunes, 12 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato Skogkatt
El nombre de estar raza deriva de Finnskogene
(población frontera con Suecia). Actualmente, es allí dónde podemos
encontrar la mayor población de estos gatos. Su origen no es del todo
preciso: puede que el origen de estos gatos venga de gatos abandonados
por los vikingos que se cruzaron con gatos monteses, o también es
posible que hayan sido resultado de cruces entre gatos angora
procedentes de Irán, que poco a poco fueron llegando a Noruega, donde
se mezclaron con el europeo común.
Sea cual sea su origen, lo que sí es cierto es que
el Skogkatt es una raza de gatos muy peculiar. De cuerpo alargado, sus
extremidades también los son, siendo las traseras más grandes y
poderosas que las delanteras. La cabeza es triangular, y en ella
podemos ver unos grandes ojos de variados posibles colores y unas
orejas parecidas a las del lince.
Su pelo de doble capa es una de sus peculiaridades. La capa exterior es
larga y suave (a destacar el collar de pelo) y la exterior es corta y
de pura lana. En la larga cola del Skogkatt también encontramos mucho
pelaje.
Fuente: http://www.razasdegatos.netsábado, 10 de marzo de 2012
Razas de Gatos: Gato Singapura
La raza de gatos Singapura proviene de cruces entre gatos callejeros de
Singapur. En Singapur se les conoce comúnmente como "gatos de
alcantarilla", tanto por su forma de resguardarse en las alcantarillas
de la ciudad durante la estación seca, como por el poco aprecio que se
les tiene a los gatos. Su estilo de vida ha hecho que tengan un cuerpo
bastante más pequeño que otros gatos orientales. En la década de los 70
llegan a Estados Unidos.
Gato de tamaño pequeño, alargado y delgado, el
Singapura presenta unas extremidades y una cola extremadamente largas y
delgadas. Su redonda cabeza se va estrechando hasta llegar al hocico.
Sus orejas grandes, son ligeramente puntiagudas. Sus ojos de forma
almendrada, también son grandes. Éstos son de color verde, amarillo o
avellana.
Su pelo es fino, corto y muy pegado al cuerpo. Aunque
en Singapur existen muchas variedades naturales de capas, en Estados
Unidos únicamente se conocen el punteado marfil con marrón y el bicolor
atigrado blanco y punteado.
Gato juguetón, lleno de energía y activo, la Singapura es una raza
amable e inteligente. Aunque le cuesta abrirse a la gente, es fácil que
llegue a ser un gato cariñoso, amable y muy sociable. Se adapta bien a
la compañía de otros animales y le encanta curiosear e investigar.
Fuente: http://www.razasdegatos.netjueves, 8 de marzo de 2012
Razas de gatos: Gato silvestre
El gato silvestre, también conocido como gato montés, es natural de África, Asia y Europa. Se cree que la domesticación del Gato Salvaje Africano por los Egipcios se llevó a cabo alrededor de 4000 a 8000 años atrás.
El Gato Silvestre de Europa y Asia es muy similar al gato Europeo común, aunque de constitución más robusta. Pero su comportamiento y sus hábitos alimenticios son muy similares a las del gato doméstico. La razón de estas similitudes la podemos encontrar en la creencia que afirma que el Gato Salvaje Africano es el antepasado de la mayoría de las razas de gatos domésticos.
El cuerpo del gato Silvestre es fuerte y robusto. Es un gato grande, que puede llegar a medir entre 70 a 115 centímetros de largo y unos 35-40 de altura. Presenta unas extremidades y una cola muy larga. Ésta última es gorda, peluda y anillada, terminando en una larga punta negra.
Sus orejas son pequeñas y sus ojos de color ámbar o verde. Su pelaje es largo, suave y espeso, y de un color, generalmente, gris amarillento, aunque están aceptadas muchas variaciones.
Son animales de hábitos nocturnos, aunque también se muestran activos durante el amanecer y atardecer. Son gatos solitarios y su territorio lo defienden ante otros gatos con mucha ferocidad. Son excelentes trepadores, aunque suelen vivir en el suelo. Se alimentan de una amplia variedad de roedores como ratones o jerbos, aunque también comen conejos, pequeños jabalís, pájaros, reptiles, ranas,… Son depredadores solitarios.
El Gato Silvestre de Europa y Asia es muy similar al gato Europeo común, aunque de constitución más robusta. Pero su comportamiento y sus hábitos alimenticios son muy similares a las del gato doméstico. La razón de estas similitudes la podemos encontrar en la creencia que afirma que el Gato Salvaje Africano es el antepasado de la mayoría de las razas de gatos domésticos.
El cuerpo del gato Silvestre es fuerte y robusto. Es un gato grande, que puede llegar a medir entre 70 a 115 centímetros de largo y unos 35-40 de altura. Presenta unas extremidades y una cola muy larga. Ésta última es gorda, peluda y anillada, terminando en una larga punta negra.
Sus orejas son pequeñas y sus ojos de color ámbar o verde. Su pelaje es largo, suave y espeso, y de un color, generalmente, gris amarillento, aunque están aceptadas muchas variaciones.
Son animales de hábitos nocturnos, aunque también se muestran activos durante el amanecer y atardecer. Son gatos solitarios y su territorio lo defienden ante otros gatos con mucha ferocidad. Son excelentes trepadores, aunque suelen vivir en el suelo. Se alimentan de una amplia variedad de roedores como ratones o jerbos, aunque también comen conejos, pequeños jabalís, pájaros, reptiles, ranas,… Son depredadores solitarios.
Fuente: http://www.razasdegatos.net
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