Podríamos definir el juego como un comportamiento con
patrones específicos, llevados a cabo por individuos solitarios o en
grupo, durante los cuales se desarrollan acciones espontáneas que no
tienen por qué ser de utilidad.
Los juegos serán
fundamentales para el desarrollo físico y “mental” de nuestro gatito; el
ejercicio que el juego proporciona también evitará variados problemas
de salud, como la obesidad.
Nuestros pequeños amigos pueden desarrollar dos tipos de juego: el juego social y el juego solitario.
Juego social
Para que los gatitos comiencen a desarrollar el juego
social deben intervenir, evidentemente, dos o más ejemplares. Entre
estos juegos sociales, que se mantienen entre las semanas 4 a la 16, se
encuentran los siguientes:
- “Panza arriba”: el gato está apoyado en la espalda, con las patas
en movimiento. La boca, generalmente abierta, enseña ligeramente los
dientes. Se presenta a partir de la tercera semana. Es un comportamiento
de juego que también se observa durante el apareamiento.
- “De pie”: También a partir de la tercera semana el gato se mantiene
de pie sobre sus patas traseras, mientras que con las delanteras
extendidas se prepara para dar manotazos.
- “De lado”: sobre la quinta semana el gato muestra su cuerpo de
lado, con un ligero arqueamiento y la cola curvada hacia el gato con el
que juega. El otro animal suele dar vueltas sobre el primero.
- “Abalanzarse”: el gato se agacha con las extremidades posteriores
bajo el cuerpo y la cola extendida hacia atrás; el peso del cuerpo,
inicialmente, es desplazado hacia delante y hacia atrás, en un rítmico
“bamboleo”… cuando surge la oportunidad, saltará hacia otro gato o
persona. Este comportamiento se presenta sobre la quinta semana de edad.
- “Caza”: es el juego social de persecución y huida; aparece entre la
quinta y la sexta semana de vida. Es uno de los juegos en los que los
gatitos invierten más tiempo.
- “Salto horizontal”: se presenta, aproximadamente, a la semana de
adquirirse el comportamiento de juego de caza; el animal efectúa saltos
horizontales, con posturas asociadas a “de lado”.
- “Cara a cara”: sobre las siete semanas podemos ver a dos gatos
sentados cara a cara, inclinando sus cuerpos hacia delante. De forma
casi simultánea dirigen el movimiento de sus patas delanteras a la cara
del contrario.
Juego solitario
Pero no todos los gatitos pueden disfrutar del
juego social; muchos ejemplares se entretendrán y ejercitarán con la
ayuda del juego solitario; los gatitos “hijos únicos” o ya en su nuevo
hogar utilizan mucho este tipo de juego a partir de las ocho semanas de
edad.
Existen varios tipos de juego solitario:
- “El ratón”: se producen saltos sobre un objeto móvil, como pelotas o
ratones a pilas. Sobre ellos los gatitos enganchan sus patas delanteras
acompañándose de espectaculares cabriolas. Otra “versión” más tranquila
del juego es dando manotazos al objeto.
- “El pájaro”: consiste en atrapar objetos “voladores” y llevárselos a
la boca. Es el típico juego de persecución de los “plumeros” para
gatos, que intentan interceptar a toda costa, por muy complicado que
sea. Otra variante “más tecnológica” del juego son las evoluciones de
los gatitos persiguiendo un puntero láser por donde quiera que asome.
- “El conejo”: en este juego hacen emboscadas a otros objetos,
animados o inanimados, de pequeño o “gran” tamaño: otros animales,
juguetes, personas… el máximo estímulo es conseguir atrapar su presa
proporcionándola un certero mordisco e intentar inmovilizarlo. Como
podemos intuir este juego conduce a peleas con otros animales, lógicos
enfados del propietario. Es un juego que debemos evitar y redirigir.
- “El fantasma”: en los juegos solitarios no solo ejercen acción
sobre “presas” reales. Su objeto “cazable” puede ser imaginario; los
propietarios llegan a pensar que el animal sufre un ataque de
“enajenación transitoria” o algún tipo de inexplicable locura; ver
saltar a nuestro gato persiguiendo “nada” por la pared o a lo largo del
oscuro pasillo puede hacernos sentir un cierto desconcierto. Los
pequeños gatos son los que más manifiestan estos ataques de locura,
principalmente al atardecer o llegada la noche.
Una de las características del gato doméstico es que durante toda su
vida continua teniendo el comportamiento de juego de su más tierna
infancia. Por este motivo, e independientemente de la edad, siguen
jugando y teniendo comportamientos característicos de gatitos.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
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