Educar bien a nuestro gatito es algo fundamental para
asegurarnos una convivencia feliz. Son muchas las pautas que debemos
tener en cuenta a la hora de llevar esto a la práctica. Os apuntamos
algunas de las más importantes.
1. Período de socialización
Es
el espacio de tiempo en el que el gatito está receptivo al aprendizaje.
Comprende de la segunda a la séptima semana de vida. Todo lo que
aprenda durante este período marcará las bases de su comportamiento
futuro (que se relacione con perros, con niños, que aprenda los
horarios, que se acostumbre al cepillado diario, que se le bañe: hay que
hacerle natural todo aquello que le tocará vivir durante el resto de su
vida)
2. Métodos suaves, respetando la psicología de los gatos
La
forma de enseñar a un gato difiere considerablemente con la que
seguiríamos con un perro. Es contraproducente retenerle contra su
voluntad, golpearle (ni siquiera con un periódico) o abordarle de manera
brusca. En seguida aprenden el significado de un “no” seco o un
“chssss” prolongado.
3. Utilizar castigos indirectos
El disparo de
agua a distancia (con una pistola) es uno de los métodos más eficaces
para disuadir a un gato de una mala conducta. Él no relacionará esa
lluvia repentina con ninguna persona y, por tanto, no lo hará cuando
esté solo, ya que pensará que en cualquier momento le pueden volver a
caer las indeseables gotas de agua.
4. Ser firme en las decisiones
A la hora de
fijar conductas debemos ser implacables en las órdenes: si estamos
enseñándole a no subirse a la encimera de la cocina, nunca, nunca,
flaquearemos en esta decisión. Con una sola vez que se lo permitamos
echaremos por tierra todo el camino andado.
5. No jugar con las manos
El gatito debe aprender que las manos le acarician o le dan de comer,
pero no son un “elemento cazable”. En los gatos el juego y la caza
están íntimamente ligados, y si le acostumbramos a jugar con nuestras
manos, él no entenderá por qué a veces sí y a veces no se puede jugar
con ellas, por lo que es una pauta a evitar.
Y por último, tengamos presente que no siempre es
fácil educar a un gato. Aproximadamente el 15% de los gatos son
resistentes a la socialización con las personas (sobre todo aquellos que
proceden de la calle y que su período de socialización se ha realizado
en ausencia de humanos).
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