Muchas veces pensamos que nuestro amigo se está convirtiendo
en un insufrible cascarrabias a medida que pasan los años aunque, ¿no
será que el paso del tiempo provoca cambios que justifican ese
comportamiento?
En los gatos denominados geriátricos,
las causas más frecuentes de visita a las clínicas veterinarias
relacionadas con alteraciones del comportamiento son la eliminación
inadecuada de excrementos (orina y/o heces), la agresión, la
destrucción, la actividad excesiva, la vocalización, los miedos y las
alteraciones en las conductas de ingestión.
Todos o la mayoría de estos cambios pueden ser debidos, entre otras
causas, a una disfunción cognoscitiva, es decir, a un deterioro de la
función mental del animal, un deterioro que provoca dificultad para
reconocer lugares, sitios o personas conocidas. “Dificultades”, en
general, que ponen en tensión la relación del gato con el propietario.
La disfunción cognoscitiva puede aminorar su impacto con tratamiento,
que solamente será paliativo y será necesario complementarse con
cambios de manejo, variaciones en el entorno, etc. El propietario
debería tener muy presente que, para paliar este indeseable efecto de la
avanzada edad de su gato, la estimulación mental continua (diaria), el
ejercicio y una adecuada alimentación, son las mejores armas para
controlar el problema.
Sin embargo, no sólo los deterioros “mentales” conducen al gato a
comportarse como un cascarrabias. Los problemas físicos y neurológicos
son, en muchos casos, la causa que predispone a una actitud agresiva del
animal.
En todos los gatos senior que presenten una conducta agresiva sería
fundamental descartar la presencia de un dolor subyacente: los problemas
músculo-esqueléticos o las patologías dentales, por ejemplo, pueden ser
los detonantes de una agresión.
También la pérdida de capacidad
sensorial (visual, auditiva, etc.) de los gatos geriátricos puede
desencadenar agresiones: un gato joven que tenga miedo a las personas es
capaz de evitarlas cuando aprecia su cercanía. Sin embargo un gato
mayor que tenga una deficiencia sensorial y no llegue a apreciar la
presencia de la persona puede reaccionar bruscamente (huída o ataque)
cuando sea consciente de esta presencia.
Fuente: http://www.elgatoencasa.com
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