Existen diversas teorías para explicar el origen de
esta elegante raza de gatos, aunque la más lógica afirma que es el
resultado de cruces de gatos de pelo largo, como el angora
(provenientes de Europa), con gatos salvajes americanos. Aunque se
llega a plantear la opción que estos gatos que se aparearon con los
gatos salvajes americanos, llegarán allí en los barcos de los vikingos,
que los tenían para que cazaran las ratas de las bodegas de los
barcos.
La raza Maine Coon es una raza de tamaño medio y gran
musculatura. Su cuerpo, alargado y esbelto, presenta unas extremidades
igualmente alargadas y esbeltas. Sus patas traseras son un poco más
altas que las delanteras.
La cabeza, larga y bien proporcionada, presenta unas
orejas tiesas, grandes y anchas, y unos ojos grandes, ovalados y
colocados en oblicuo. Éstos son de tonos verdosos. Su cola es una de
las más largas y peludas de la especie felina doméstica, estrechándose
ésta conforme llega a la punta.
El Maine Coon se caracteriza por tener el pelaje más
corto en la cabeza, el cuello y los hombros, y algo más largo en el
lomo, el torso y la cola (que ya hemos dicho anteriormente que es larga
y peluda). El manto puede presentarse en una gran variedad de colores,
aunque el más habitual es el color castaño con rayas negras.
Los Maine Cooon son gatos muy sensibles y bastante
nerviosos, con una gran personalidad. Son, además, bastante celosos y
muy exigentes con sus dueños. Su maullido grave y “ronco”, es una de
las características de esta raza de gatos. Son gatos juguetones, aunque
también independientes.
Es un gato que soporta bien las temperaturas extremas gracias a su denso
pelaje. Es un gato al que le gusta estar al exterior, aunque se adapta y
vive muy bien en una casa (aunque sería recomendable que contara con
una terraza o jardín).
Fuente: http://www.razasdegatos.net
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