La dieta del gato debe estar constituida entre el 10 y el 30% de grasas (17-35% para los cachorros), y mejor si son de origen animal.
No hay que preocuparse del colesterol, los gatos no suelen sufrir enfermedades coronarias.
Las vitaminas son sustancias muy preciadas, indispensables para la salud del gato. Cada alimento (que sea de origen vegetal o animal) contiene algún tipo de vitamina. A pesar de ello, otra vez más, el gato consigue emplear mejor las contenidas en los alimentos de origen animal.
- La vitamina A es importante para los ojos y la piel. Se encuentra en el hígado (y en el aceite de hígado de merluza), en los quesos cremosos, en la pana y en las yema de los huevos. Para garantizar la justa aportación de vitamina A bastaría suministrar una vez por semana 60 gramos de hígado, pero en cualquier caso es mejoro no exceder, porque el exceso es tan malo como la escasez.
- Las vitaminas B son muy numerosas, y numerosas son sus funciones. Sirven para la asimilación de los alimentos, y sobretodo las proteínas (que como hemos visto son el alimento fundamental para el gato). El hígado es rico, así como la levadura (que en grageas, constituye un bocado irresistible para la mayor parte de gato).
- La vitamina C no es necesaria en la dieta del gato, porque el mismo es capaz de producirla.
- La vitamina D es indispensable para los huesos. Además de obtenerla de los pescados grasos, el gato la produce estando al sol. Una dosis excesiva de vitamina D puede ser letal, si combinada a una carencia de calcio. No es aconsejable tomar la iniciativa de dar un integrador de vitamina D a vuestro gato sin haber consultado con el veterinario.
- La vitamina E se encuentra en los huevos y en los aceites vegetales. Funciona como antioxidante, y parece tener un cierto peso en el proceso de reproducción, pero, atención, si es demasiada tiene un efecto controproduciente.
- La vitamina K sirve para la coagulación de la sangre. Se encuentra en el hígado.
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